El antiguo casino 'portaviones' de la armada china que perteneció a la Unión Soviética
De los tres portaviones que tiene China, uno de ellos, un armatroste de Ucrania para el desguace que terminó convertido en casino y comprado por los chinos que lo han recuperado y ahora es una de sus joyas navales junto a otros dos buques

el portaviones ucraniano Varyag a su paso por el bosforo camino a China

Madrid
El portaviones chino Liaoning comenzó su vida como el Varyag, un buque de la clase Almirante Kuznetsov que fue vendido a China con la intención de ser convertido en un casino flotante. Sin embargo, China decidió completar su construcción y lo puso en servicio como portaviones. El buque entró en servicio en la Armada del Ejército Popular de Liberación de China bajo el nombre de Liaoning y todavía navega junto a sus dos compañeros. Pero este buque tiene una historia sui generis.
En 1985, la Unión Soviética comenzó la construcción del Varyag, un portaaviones de la clase Almirante Kuznetsov que aspiraba a convertirse en la joya de su Armada. Sin embargo, el colapso de la URSS en 1991 dejó el proyecto inconcluso: el buque, con un 70% de su estructura completada, quedó abandonado en un puerto ucraniano del mar Negro. A pesar de su estado inacabado, el Varyag era el activo más valioso del astillero estatal Nikolayev, que atravesaba una profunda crisis financiera. En 1992, decidió ponerlo a la venta.
China, que desde los años 70 había mostrado interés en adquirir un portaviones, envió una delegación a Ucrania para inspeccionar el navío. Entre los enviados se encontraba el general Zheng Ming, entonces jefe del departamento de armamento de la Armada china. "Sugerimos comprarlo y traerlo a casa, pero el gobierno no lo hizo debido a la situación política del momento", recordaría años después en una entrevista televisiva.
La oportunidad definitiva llegó el 19 de marzo de 1998, cuando Ucrania organizó una subasta para desprenderse del Varyag. Hubo ofertas de varios países, incluidos Estados Unidos, Australia, Corea del Sur y Japón. Sin embargo, el ganador fue el empresario chino Xu Zengping, quien ofreció 20 millones de dólares. Finalmente, tras varios retrasos en los pagos, la operación se cerró por unos 30 millones.
Xu no perdió el tiempo. Organizó el traslado a China de los planos técnicos del buque con unas 40 toneladas de documentos y fundó en Macao la empresa Agencia Turística e Diversões Chong Lot Limitada, con la supuesta intención de convertir el Varyag en un casino flotante. Pero todo era una fachada. Detrás de la operación se escondía un ambicioso plan: dotar a China de su primer portaaviones. Lo más sorprendente es que, según el propio Xu, el proyecto se llevó a cabo sin el consentimiento explícito del gobierno chino, que en ese momento no contemplaba adquirir un buque de guerra de ese tipo.
El giro en la postura de Pekín llegó poco después. En mayo de 1999, durante la guerra de Kosovo, las fuerzas estadounidenses bombardearon la embajada china en Belgrado. El incidente, aún envuelto en controversia, marcó un punto de inflexión en la política de defensa china. Finalmente, el Varyag fue reconstruido y modernizado. En 2012, entró en servicio en la Armada del Ejército Popular de Liberación bajo el nombre de Liaoning, convirtiéndose en el primer portaaviones operativo de China y en símbolo del renacer naval del gigante asiático.
Estados Unidos posee aproximadamente 280 buques y cuenta con 11 portaviones operativos que le permiten llegar a cualquier teatro del mundo. Aunque las capacidades navales de China no le permiten compararse a Estados Unidos China ha logrado en los últimos años sostener el crecimiento de su Armada con el fin de continuar con su presencia en el Indo-Pacífico, lo que le ha permitido ser uno de los únicos países con este tipo de capacidades en el Oriente. Además del Liaoning, China tiene el Shandong del tipo 002. Y el Fujian del tipo 003.

Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...




