La mala semana de Amador

Madrid

El acusador, re-acusado. Así de mal acaba la mala, la terrible semana judicial de Alberto González Amador, el novio de Ella. La Audiencia de Madrid no ha admitido hoy su recurso, y seguirá el procedimiento contra él por fraude fiscal y falsedad documental. Aparte de otra causa abierta por presunto soborno a un directivo del grupo sanitario Quirón, el preferido de Ella, su novia y presidenta.

Tampoco le ha ido bien el tercer caso en que está implicado, aunque en este como acusador: el juicio contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, a quien atribuye la revelación de un secreto, el delito fiscal del propio Amador, según reconoció por escrito su abogado.

Pues bien, a favor de Amador solo ha declarado Amador, de forma algo chusca, diciendo que si la cosa le va mal “o me voy de España o me suicidio”; y también su confidente, aliado, protector y productor de bulos Miguel Ángel Rodríguez, el vocero de su novia, Ella. Este ha reconocido que no relata la verdad sino que opera por “deducción”, vaya.

Frente a ellos, con Álvaro García Ortiz se manifestaron la defensa, la fiscalía y los demás testigos (salvo una, algo confusa). Entre ellos, varios fiscales de carrera y los periodistas de distintos medios que dieron a conocer la confesión de culpa del abogado y que al final han podido testificar en forma. No solo abonaron verbalmente la inocencia del fiscal general, sino que lo hicieron con pruebas escritas: como mensajes a sus redacciones, en los que se certificaba, con registro de hora, que ellos conocían el presunto secreto antes de que llegara al fiscal general. Así que este no desveló ningún secreto. Si esto sigue así, a salvo de sorpresas, al Tribunal Supremo le será muy difícil condenar a un ciudadano sin indicios reales de culpabilidad; peor aún, con pruebas verificables de su inocencia.