Roberto Trashorras, contundente tras la bronca entre Íñigo Pérez y Balliu: "Esto ha sido la gota que colma el vaso. Ha debido pasar algo más"

La noche en Vallecas parecía destinada a ser recordada como una de esas gestas que se cuentan durante años. El Rayo Vallecano, empujado por su gente, firmó una remontada épica ante el Lech Poznan (3-2) en un partido de Conference League que lo tenía todo: tensión, sufrimiento y un final apoteósico. Sin embargo, el éxtasis duró poco. La alegría quedó ensombrecida por una escena inesperada y desconcertante: la bronca entre Iván Balliu e Íñigo Pérez.

El choque entre el defensa y el entrenador no fue un simple cruce de palabras. Fue algo mayor, lo suficiente como para que, tras el pitido final, Íñigo Pérez decidiera abandonar el estadio sin pasar por la rueda de prensa y sin atender a ninguna televisión. Un silencio que sonó demasiado fuerte.

"Si no sales a rueda de prensa, alimentas la bola"

El club, apresurado, difundió una explicación oficial: el técnico se había sentido indispuesto y por eso no comparecería. En su lugar lo haría el director deportivo. Pero la versión, lejos de calmar las aguas, levantó sospechas.

El ambiente se ha cargado de escepticismo. Las preguntas han comenzado a multiplicarse. Y en medio del revuelo, la voz de un hombre que conoce Vallecas desde dentro ha resonado con claridad. Roberto Trashorras, exjugador del Rayo, ha hablado sin rodeos en SER Deportivos, con Pacojó.

"Menudo jaleo. Falta información. Íñigo debería haber salido a rueda de prensa, pasara lo que pasara. Hay que darle normalidad. Si no sales, alimentas la bola, la gente se queda preguntado qué ha pasado", ha dicho un Trashorras que ha tratado de aconsejar a Íñigo Pérez a través de su experiencial.

"Ha debido ocurrir algo más"

El comentarista español fue más allá. Dijo estar convencido de que la discusión con Balliu no era el único motivo: "Esto no se queda solo en lo del partido. Hay más cosas de las últimas semanas. Esto ha sido la gota. A mí me extraña mucho que no haya salido. Ha debido ocurrir algo más".

La reflexión final fue casi una advertencia: las discusiones entre jugador y entrenador pueden pasar, pasan y seguirán pasando. Lo grave es hacerlas visibles, permitir que se conviertan en señal de fractura.

Vallecas celebró una remontada histórica. Pero, al mismo tiempo, vio cómo la noche que debía unir volvió a abrir heridas que el club parece no terminar de cerrar. Y ahora, más que el gol en el minuto final, lo que resuena es una pregunta: ¿qué está pasando realmente en el Rayo?