Cruel en pantalla y peor en persona: así era el actor que dio vida al sargento más odiado

Madrid

Beau Geste es una película de 1939 perteneciente a un subgénero del cine de aventuras, que es el de aventuras coloniales. Es la adaptación al cine de uno de los clásicos de la literatura juvenil de aventuras, publicado en 1924 y escrito por Percival Christopher Wren.

Además, el inicio de este largometraje es uno de los más memorables del cine clásico americano: un destacamento de la legión extranjera acude en ayuda a un fuerte que ha sido atacado y que está situado en medio del desierto.

Lo extraño de la trama es que, en las almenas de la muralla, todos los legionarios del fuerte están muertos, pero son colocados con sus rifles en posición de defensa con el objetivo de que parezca que siguen con vida. De repente, lanzan dos disparos desde el fuerte y el corneta del destacamento es enviado a investigar, pero no vuelve, por lo que va otro en su búsqueda. Este último se encuentra a todos muertos y no hay ni rastro del corneta desaparecido. Según avanza la película, va habiendo más enigmas sin resolver.

"No veremos mejor soldado jamás"

El director de esta adaptación es William A. Wellman, quien contó con la participación de Gary Cooper, con la casualidad de que este actor protagonizó en 1928 una secuela de la primera película de Beau Geste. También hay que destacar la interpretación de Brian Donlevy, que nació en 1901 y falleció en 1972, y participó en algunas películas destacadas, como Beau Geste, donde interpretó al sargento Markoff. Con este papel, Donlevy obtuvo una nominación al Óscar a mejor actor de reparto.

El sargento era un personaje poco agradable y, al parecer, el actor era igual de poco amigable en la vida real que el sargento al que interpretaba. Donlevy no se hablaba con nadie en el rodaje y se pasaba el día poniendo pegas al director y discutiendo con todos. Y, en la película, definen al personaje como "traicionero y frío". "No veremos mejor soldado jamás", afirmaban en Beau Geste.

Donlevy no era una persona con la que se rieran mucho, como sí que ocurrió en una de las escenas más destacadas de este largometraje. En esta escena, los pocos supervivientes que quedan en el fuerte son obligados a reír, a pesar de estar casi derrotados, pero, con ello, tienen el objetivo de hacer creer al enemigo que la impresión de que su moral sigue en todo lo alto.