El dilema de Julia de Castro, que ha tenido todo lo necesario para ser el guion de una película: "Queremos la segunda temporada"
La actriz ha planteado una disyuntiva a los idiotés que demuestra su gran capacidad narrativa
El dilema de Julia de Castro, que ha tenido todo lo necesario para ser el guion de una película: "Queremos la segunda temporada"
Madrid
La actriz y directora de cine Julia de Castro atesora varios premios, algunos de los más importantes por su labor como intérprete y otros por su trabajo como cineasta. Pero lo que está claro es que la abulense sabe mucho de historias, y así lo ha demostrado en La cena de los idiotés junto a Aimar Bretos, los actores Brays Efe y Micki Esparbé y la escritora Ángeles Caballero.
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De Castro planteaba la situación de un hombre de 30 años, con muchos estudios, que un día se va a trabajar a Madrid y decide montar con sus amigos una empresa con la que no gana mucho dinero, pero sí lo justo para poder compartir habitación y tener algo de ocio.
Para esta persona se trata de un momento muy feliz: conoce a una mujer con la que acaba teniendo una relación, se enamoran y, aunque están en ciclos vitales distintos —ella es "como 6 o 7 años mayor"—, consiguen complementarse bien.
Un deseo que no conincide para nada con lo que quieres
"La cosa se pone seria y, al cabo de unos meses, ella inicia una conversación en la que te comunica que antes de estar contigo tenía pensado ser madre", una idea que recalca "es individual" y que, aunque "no vaya a ser inmediato", le gustaría cumplir algún día.
Esta persona, en cambio, "está en las antípodas de este pensamiento, la paternidad es un horizonte imposible" y así se lo comunica a su pareja, que recibe bien esta idea y le mantiene que no es algo inmediato, pero quería que supiera que tenía esa intención.
La cena de los idiotés 3x09 | El exilio de un grupo de amigos
Con los años, la empresa que este hombre creó empieza a ir realmente bien: se hace rico, se compra una casa, le va bien y aún sigue con ella. Han pasado cinco años y la conversación vuelve a salir.
Ella comunica que "biológicamente está al límite" y le transmite que, sea en pareja o no, va a cumplir este sueño. Algo que sorprende al hombre porque piensa que, si esto es algo común, lo normal sería plantearlo contemplando que tuvieran al niño juntos, por lo que se lo comunica y le transmite que está conforme en ese momento con ser padre.
Un plot twist que no se veía venir
En este momento hay un giro de los acontecimientos: ella "señala que hay algo que hay que mirar antes de ese momento familiar", explicaba De Castro, que remarcaba el hecho de que esto que hay que mirar puede ser cualquier cosa —una drogadicción, ludopatía, sexualidad...—, alguna cuestión "que no había sido un problema" hasta ese momento, pero sí lo es a la hora de afrontar la paternidad.
Esta persona accede, se trata y en ese momento "se le abre un abismo existencial, conecta con una cosa que tenía dentro, cuestiona la vida que lleva, el porqué ha tomado las decisiones que ha tomado y, por supuesto, la pareja no está en las opciones y la abandona", contaba De Castro ante la estupefacción de los idiotés.
Un reencuentro que genera un gran debate
Todo termina bien: la chica apoya al hombre, pero cada uno se va por su lado hasta que, un año después, ella contacta con él... Un giro de guion que no esperaba ninguno de los idiotés, que estaban encantados y deseando la segunda temporada del dilema.
La chica transmite que ha intentado ser madre por su cuenta, se le hace raro, ya tiene una edad y ha decidido que no quiere un donante anónimo, sino que quiere el esperma de su expareja, aunque incide en que no le hará cargo de nada: criará al hijo sola y él no tendrá ninguna responsabilidad, todo ello bajo contrato. ¿Qué harías? ¿Le donarías o, por el contrario, contestarías que, sintiéndolo mucho, no puedes hacerlo?