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Jesús Bastante: "No podemos esperar que los abusos en la Iglesia salgan a la luz solo gracias a las víctimas"

El periodista analiza en 'La Ventana' el silencio institucional tras la investigación al obispo de Cádiz y Ceuta

Jesús Bastante: "No podemos esperar que los abusos en la Iglesia salgan a la luz solo gracias a las víctimas"

Madrid

El Vaticano ha abierto una investigación contra Rafael Zornoza, obispo de Cádiz y Ceuta, por presuntamente agredir sexualmente a un menor de manera continuada en los años noventa, cuando era sacerdote y rector del seminario de Getafe. Es la primera vez que se conoce públicamente en España un caso canónico contra un obispo por pederastia.

La noticia ha sacudido los cimientos de la Iglesia española. "Conozco a Rafael Zornoza desde hace décadas, cuando yo era un adolescente y él el flamante rector del seminario más joven de Europa", recuerda Jesús Bastante en La Ventana, periodista y autor del artículo 'Frankenstein y el caso Zornoza: cuando el creador es el monstruo'. "Era el gran formador, designado y cuidado por monseñor Golfín. En aquella época, la misma en la que se insertan los hechos denunciados, los seminaristas hacían 'campeonatos' para ver quién lograba más vocaciones. Éramos objetos codiciados", señala.

Ambiente de poder y culto a la personalidad

Bastante asegura que "Zornoza era un líder carismático, un tipo autoritario, extremadamente duro en las confesiones". Recuerda un Camino de Santiago de 1996, donde muchos jóvenes "vivieron cosas raras". Algunos de sus amigos "abandonaron el camino religioso después de confesarse con él".

Según relata, "en los seminarios se fomentó un sentimiento de clan, casi de culto a la personalidad", lo que explicaría por qué "esta noticia no ha sorprendido a nadie en ciertos sectores de la diócesis".

El periodista subraya que el proceso judicial civil está prescrito, pero no el canónico. "Primero hay que tomar declaración a las partes y testigos antes de decidir la apertura o archivo del procedimiento. Si avanza, podría concluir en un juicio canónico en Roma", explica.

La diócesis ha informado de que el obispo suspende temporalmente su agenda para colaborar con la investigación y recibir tratamiento por un cáncer agresivo. "Es lamentable -añade Bastante-, justo hoy tenía previsto un acto público".

Más allá del caso concreto, Bastante insiste en que "seguimos poniendo en las víctimas la carga de responsabilidad de denunciar. No se puede esperar que todo salga a la luz solo gracias a ellas". Denuncia también que "falta un lenguaje misericordioso en la Iglesia", y recuerda que las personas abusadas "no son ajenas a la fe, son fieles, cristianos, gente con vocación, igual que los abusadores".

"Las manos de los curas son tibias, las de nuestras madres eran rasposas"

En el estudio de la SER, interviene también Leonor Paqué, periodista y escritora, víctima de abusos y coautora del documental 'Hermana Leonor. 20.000 km de confesión', que se estrenará el 28 de noviembre.

Paqué cuenta que ingresó con ocho años en el Sanatorio Infantil Santa Marina, de Bilbao, donde sufrió abusos sexuales por parte de un sacerdote. Medio siglo después, recorre España para grabar testimonios de otras víctimas.

"Durante tres años conduje mi Renault Clío cámara en mano. Las víctimas no hablaban conmigo como periodista, sino como hermana", cuenta la periodista.

En su viaje, Paqué descubre el nombre de su agresor. "No quiero que nadie me pida perdón. A mí no me cambiaría la vida en nada con un perdón. Sufrir abusos me afectó en la confianza hacia las personas. Me cuesta el contacto físico" afirma. Critica la doble moral de la institución: "La Iglesia se sorprende más de que un cura sea homosexual que de que haya sido abusado".

Autora del libro 'En sus tibias manos', explica el título de la obra: "Nos enseñaron que para que existiera un abuso tenía que haber sangre, un pene y nocturnidad. Las manos de los curas son tibias, a diferencia de las de nuestras madres, que eran rasposas de tanto fregar".

Una deuda moral pendiente

Mientras el Vaticano toma declaración a las partes, voces como las de Bastante y Paqué reclaman un cambio profundo. "La Iglesia debe entender que el obispo no es más que otro fiel", dice el periodista.

Ambos coinciden en que la solución no puede seguir dependiendo de las víctimas, sino de un compromiso real de las instituciones y del Estado. "Ni la Iglesia ni el Gobierno lo están gestionando bien", concluye Bastante.