La ciencia pública salva vidas: cómo la terapia CAR-T está revolucionando el tratamiento de la leucemia
Una terapia desarrollada en la sanidad pública española logra marca un hito en la lucha contra el cáncer infantil

La ciencia pública salva vidas: cómo la terapia CAR-T está revolucionando el tratamiento de la leucemia
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En un país donde la inversión en ciencia básica suele estar en entredicho, el hospital público La Paz ha demostrado que apostar por la investigación puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Ocho jóvenes con leucemia, desahuciados por los tratamientos convencionales, han sido salvados gracias a una terapia experimental desarrollada por el oncólogo Antonio Pérez: la terapia CAR-T.
Esta técnica, que modifica células del sistema inmunitario para que ataquen directamente a las células cancerígenas, representa un avance radical en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer infantil. Hasta ahora, la quimioterapia y el trasplante de médula eran las principales opciones, pero en un porcentaje de casos no funcionaban. La terapia CAR-T ha abierto una nueva vía para esos pacientes que ya no tenían esperanza.
El divulgador científico Pere Estupinyá, relató en el programa A vivir que son dos días, que uno de los casos que más le conmovió fue el de una niña que, tras recibir el tratamiento experimental, pasó de cuidados paliativos a volver al colegio cinco años después. "Es muy impactante cuando le pones nombres. La madre me decía: 'El día que te dicen no hay nada que hacer, que se va a morir tu hija, te preparas. Y dos semanas después te dicen que hay un tratamiento experimental'. Y hoy va a buscar a su hija al cole".
Estupiñá explicó que esta terapia ha logrado salvar a niños que estaban desahuciados: "Los que se dedican al cáncer infantil saben que la quimioterapia funciona bastante bien, después está el trasplante de médula, pero hay un 10-20% de niños que fallecen y no tenemos ninguna manera de salvarlos".
Lo más significativo es que esta revolución médica no ha nacido en laboratorios privados ni bajo el paraguas de grandes farmacéuticas, sino en la sanidad pública. Frente a los tratamientos comerciales que pueden costar hasta 300.000 dólares, el desarrollo en hospitales como La Paz o el Clínic permite reducir drásticamente los costes, haciendo accesible una terapia que salva vidas.
"Estos fármacos no son fármacos que tú puedas hacer en una fábrica como kilos para repartir", explicó Estupinyá. "Son fármacos personalizados, individualizados: te coges tu célula, la cambias y la metes. Esto es muy costoso, pero en el hospital público puede salir a un precio mucho menor".
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