La justicia francesa concede la libertad anticipada al expresidente Nicolas Sarkozy bajo estricta supervisión

Madrid

La justicia francesa ha decidido poner en libertad bajo estricta vigilancia al expresidente Nicolas Sarkozy este lunes tras 20 días en prisión, según ha confirmado BFM TV. La Fiscalía había solicitado la libertad condicional bajo supervisión judicial, a la espera de una apelación. El exjefe de Estado fue visto llegando a su casa en París poco antes de las 15:30 horas.

Sarkozy ha descrito la cárcel "como una pesadilla" en su último alegato, realizado por videoconferencia antes de conocer la decisión del Tribunal de Apelación. "Es duro, muy duro. Seguramente lo es para cualquier detenido. Diría incluso que es agotador", afirmó. También agradeció "la humanidad excepcional del personal penitenciario", que convirtió esa experiencia en algo "soportable", según declaró desde la prisión parisina de La Santé.

El fiscal público recomendó su liberación bajo estricta supervisión judicial, que incluye la prohibición de contactar con otros acusados y testigos del proceso, así como la prohibición de salir de Francia. El tribunal aceptó la petición, considerando que Sarkozy no representa riesgo de fuga.

Tras salir de prisión, el expresidente ha asegurado que "la ley se ha aplicado" y que "la verdad prevalecerá". En un mensaje publicado en su perfil de la red social X, ha afirmado: "Ahora me prepararé para la apelación. Mi energía está centrada exclusivamente en demostrar mi inocencia. La verdad prevalecerá. Esta es una lección que nos enseña la vida. El resto de la historia está por escribir".

También ha expresado su "más profundo agradecimiento" a quienes le han apoyado durante su encarcelamiento: "Vuestros miles de mensajes de apoyo me han conmovido profundamente y me han dado la fuerza para sobrellevar esta dura prueba".

Sarkozy fue condenado a cinco años de prisión por asociación de malhechores en relación con los fondos ilícitos recibidos del régimen libio de Muamar el Gadafi para financiar su campaña presidencial de 2007. Entró en prisión el 21 de octubre denunciando ser víctima de un "escándalo judicial" que ha "humillado" a Francia. Siempre ha negado haber cometido delito alguno y ha denunciado una persecución política a través de los tribunales.