Anabel Alonso: "Es un regalo, cuarenta años de profesión después, que el público me descubra en este registro tan exigente como actriz"

En un registro menos visitado, lejos de la centralidad de la comedia, la actriz vasca Anabel Alonso (Baracaldo, 1964), referente en series de culto como Los ladrones van a la oficina, Siete vidas y películas como El robobo de la jojoya, se ha subido a las tablas del teatro madrileño Infanta Isabel -luego vendrá una gira que le ocupará todo el próximo año y aun algunas fechas de 2027 por casi todo el país- para dar vida a una mujer que fracasa emocionalmente en el rol de madre, esposa e hija, un monólogo basado en un texto de Simón de Beauvoir, escrito en 1960 y publicado solo siete años después.

"Esta obra me está dando muchas satisfacciones -aclara la actriz- tanto en lo profesional como en lo personal. Es un regalo que, cuarenta años de profesión después, el público me descubra en este registro tan exigente como actriz". También aclara que por alguna razón el tránsito de un intérprete de la comedia al drama suele ser normalmente más exitoso que al revés. "La comedia tiene un ritmo, algo intangible, que se da o no seda. Hay actores que dicen: 'Buenas noches' y la gente no puede evitar reírse. La comedia tiene algo misterioso, es así".

Lo que no es un misterio son las razones por las que ella sobre todo se ha dedicado a la comedia, lo achaca a la estructura de la industria de este país. "En España -conjetura- no hay tiempo para experimentos. Si hay que hacer una comedia se llama a quien ya sabe que la puede hacer. Sólo si tú misma decides apostar por otro registro, quizás puedas permitírtelo"

Así que Alonso, no sólo cambia de registro, sino que lo hace para hacerlo en solitario en los escenarios, con un monólogo de hora y media aproximadamente todas las noches. "Muriel -dice Alonso en referencia a su papel protagonista- me deja vacía. Es una mujer que expresa su duelo, pero también dolor, rabia, impotencia, es un víctima que ofrece todos los colores y matices. Entonces tienes que dar el 100%, porque si no el personaje se cae, pierde toda la credibilidad". "A mí -reconoce- me lleva después de la función aterrizar y dejar a Muriel entre quince y veinte minutos todas las noches".

"La historia de la mujer es la de sus renuncias"

Lo del monólogo no es nuevo, ya había interpretado dos anteriormente en el teatro, uno de ellos del autor italiano Darío Fo. "Eran monólogos de otro recorrido. Este tiene una gran exigencia, esta llena de pensamientos intrusivos, es dura u al final estás sola defendiendo todo ese texto, mientas en una función coral, tú sabes que tus compañeros te hacen siempre el 50% del trabajo"

Un texto que habla de la relación de esa mujer (y la de tantas) con la maternidad, con su condición de esposa e hija, pero también de la gestión de la soledad y de las renuncias autoimpuestas por ser mujer. "La historia de la mujer es también la historia de todas sus renuncias", dice. Un texto que, pese a los años, tiene su mayor virtud en su vigencia casi cincuenta años después. "Esta función interpela a las mujeres de todas las edades, de todas las generaciones. Y -concluye- es muy bonito porque las mujeres mayores se emocionan mucho. El texto metra todas las contradicciones, porque esta mujer lucha contra todo lo establecido y al mimo tiempo, al fracasar como madre, hija y esposa, quiere y reivindica, al mismo tiempo, una vida común y un marido".

Una mujer rota en el teatro, pero muy activa y guerrera en las redes sociales. Anabel Alonso ha contado su posición respecto a los bulos e insultos con los que todo tipo de personas se manejan en plataformas como X. "Hay que tener claro que siempre, en tiempos de crisis, los primeros derechos que se tambalean son los de las mujeres; y luego el de los inmigrantes y el de todos los colectivos más desfavorecidos."

VÍDEO: BEA POLO