Rosalía cuenta dónde desayuna en Madrid y por qué esta cafetería es especial para ella

Madrid

No fue en un hotel de lujo ni en un restaurante escondido. Rosalía eligió una cafetería clásica del centro de Madrid para uno de esos momentos que ella llama "días felices". El lugar se llama Café Santander, y allí, entre cafés y conversaciones, ocurrió una escena que la artista compartió durante su entrevista en La Ventana.

"Estaba desayunando fuera, justo aquí en un café, el Café Santander. Me senté con una amiga y de golpe vinieron tres chicas súper jóvenes", relató. Las fans se acercaron con timidez, pero con la ilusión de encontrarse cara a cara con la artista. "Me dijeron que les encantaba el disco", explicó Rosalía, sorprendida por la energía y la cercanía del momento. "Me hizo mucha ilusión porque eran muy jóvenes y vinieron con una sonrisa enorme".

Rosalía confesó que ese tipo de encuentros le recuerdan por qué hace música: "Cuando alguien me dice que conecta con lo que hago, siento que todo tiene sentido. Lo único que puedo hacer es abandonarme al ejercicio de hacer esta música de la forma más honesta que puedo, hacer el disco que realmente deseo con todo mi corazón".

Para Rosalía, ese gesto resume lo que más valora: lo cotidiano y lo sencillo. "Un día feliz para mí es eso: salir, que me dé el sol, desayunar fuera, cosas pequeñas", confesó. Rosalía incluso reveló su receta para un día perfecto: "Caminar, crear algo con las manos y hablar con alguien. Si esas tres cosas se cumplen, es un buen día". Y añadió que, en medio de la vorágine de giras y promoción, busca momentos de calma: "Me da más miedo vivir la vida con miedo que la muerte. Intento que el día a día no me coma, que los compromisos no me quiten la vida que quiero".

La anécdota la contó mientras hablaba de su nuevo disco, Lux, un trabajo que mezcla espiritualidad, poesía y contrastes sonoros. "Creo que vivo mi vida siempre buscando lo contrario al miedo", dijo en la conversación con Francino, en la que también reflexionó sobre felicidad: "Estaría bien dejar de perseguir la felicidad y dedicarnos a ser felices". Para Rosalía, la felicidad no es una meta lejana, sino algo que se construye en lo cotidiano: "No hay grandes pretensiones, es más como: a ver cómo me siento hoy, cómo estamos hoy", concluyó.