La advertencia de un profesor por el extremismo entre los jóvenes en España: "Lo han aprendido en casa"
El escritor y profesor de literatura Coradino Vega reflexiona sobre la deriva ideológica de las nuevas generaciones y la responsabilidad colectiva de los adultos

Radio Lindo | La radicalización política de los jóvenes
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Madrid
El escritor y docente Coradino Vega observa cada día en su aula cómo las tensiones ideológicas y sociales del país se cuelan en las conversaciones de sus alumnos. Profesor de literatura en un instituto sevillano y autor del artículo 'La picaresca, una cuestión hereditaria' publicado en El País, defiende en La Ventana que "muchos de los males que atribuimos a los más jóvenes tienen más que ver con lo que les hemos enseñado en casa que con lo que han aprendido fuera".
Desde hace cinco años, Vega imparte clases de Bachillerato nocturno para adultos, donde conviven jóvenes que necesitan el título para opositar a cuerpos de seguridad con alumnas de edades muy diversas. "Últimamente, se cargan mucho las tintas contra los jóvenes varones", comenta, "pero yo lo que veo son chavales muy bravucones y muy vulnerables a la vez. Se sienten perdedores del sistema".
En sus clases, los debates se encienden cuando abordan temas de actualidad. "Al principio criticaban con dureza las ayudas a las mujeres", cuenta. Sin embargo, una de sus alumnas, una mujer de 50 años, intervino para compartir su experiencia como voluntaria en una ONG de mujeres maltratadas: "Les explicó que cuando una mujer tiene que huir de su casa no tiene amparo. Solo entonces entendieron, al menos escucharon, y eso ya es mucho".

El profesor lamenta, sin embargo, la pérdida de respeto hacia la figura del docente: "Cuando les hablas del cambio climático con datos, te dicen que esa es tu opinión. Ya no creen en la autoridad del conocimiento".
"Los jóvenes repiten consignas sin razonar"
Para Vega, el problema no está tanto en los influencers como en lo que los jóvenes ven en sus casas. "Los chavales de ahora han extremado la postura egoísta, nihilista y corrupta que han visto en los adultos. Es lo que han mamado", sostiene. Y añade: "No se trata de que sean fachas; creen que lo que tienen es sentido común".
Según el escritor, muchos de sus alumnos "solo creen en la igualdad de derechos para los españoles" y sienten nostalgia por una dictadura que ni conocieron ni entienden. "Son hijos del Estado del bienestar y no comprenden que lo gratis está pagado con dinero público. Que el pupitre en el que se sientan lo ha pagado su padre".
A pesar del panorama, Vega no pierde del todo la esperanza. Cree que la educación pasa por un cambio en la forma de relacionarse con los jóvenes: "Si seguimos hablando desde la autoridad sin escucharles, no educamos. La superioridad moral no lleva a ningún sitio". Con una mirada entre el desencanto y el compromiso, concluye: "El respeto antes se presuponía; ahora hay que ganárselo. Ellos se sienten derrotados porque el mundo que se les prometió se ha desvanecido, y por eso son más manipulables".




