La historia del eucalipto rojo de Paiporta: ha resistido a la riada de 1957 y la DANA de 2024
Fue plantado hace casi 100 años en el barranco del Poyo y se ha convertido en un símbolo de resistencia para el pueblo valenciano
La historia del eucalipto rojo de Paiporta: ha resistido a la riada de 1957 y la DANA de 2024
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Un árbol maduro puede liberar el oxígeno necesario para que respire una familia de cuatro miembros. Pero más allá de ser los pulmones del planeta y de contribuir a regular el clima, generando un impacto incalculable en el medioambiente, los árboles son testigos vivos de la historia del mundo. Hay árboles milenarios en todo el planeta, con algunos pinos que superan los 4.000 años, secuoyas que viven 1.800 años y, aquí en España, el roble, el olivo y la encina pueden vivir varios siglos.
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En el último programa de El Faro se han fijado concretamente en un eucalipto rojo de Paiporta que se plantó hace casi 100 años en el barranco del Poyo y ha sobrevivido tanto a la gran riada en València de 1957, como a la DANA del año pasado, que se cobró la vida de 229 personas en la Comunitat Valenciana. Este símbolo de resistencia nos recuerda que los árboles también fueron el punto de agarre y auxilio para mucha gente durante la tragedia.
Este eucalipto rojo es uno de los candidatos para ser el Árbol del Año en un concurso creado por la ONG Bosques Sin Fronteras en el año 2007 para poner en valor y proteger el patrimonio natural de nuestro país. Susana Domínguez, ingeniera forestal y presidenta de Bosques Sin Fronteras, ha destacado el papel que jugó este árbol en concreto: "Este es un superviviente. Refleja no solamente esa capacidad que han tenido esos árboles de aguantar y de poder ayudar a algunas personas, sino que realmente representa lo que significan los árboles en el territorio, tan importantes como la contención de erosión."
De haber habido más árboles en las zonas más altas del barranco, señala la experta, el efecto de erosión en el terreno hubiese sido mucho menor. Por eso Susana Domínguez incide en el papel que juega la naturaleza. "Los árboles lo dan todo y que pasan desapercibidos", explica, recalcando que la intención de su premio es no solo congratular a las poblaciones que cuidan de sus especies, sino de reconocer el valor de estos seres vivos.
El árbol, además, a lo largo de la historia, ha sido signo de identidad de un pueblo, cobijo e incluso mensajero de iniciativas políticas. "Al ser humano moderno se nos olvida, pero son el reflejo de nuestra vida, de nuestra historia, de nuestra infancia, incluso el paisaje que hemos vivido a lo largo de los años. Los árboles forman parte de mucha de muchas historia", insiste.
