Una científica desmonta los principales bulos sobre la cría de peces en granjas: "Tiene trazabilidad"

Desde hace años, los pescadores luchan por revertir el descenso en el consumo de pescado entre los españoles que, a día de hoy, es un tercio más bajo que antes de la crisis de 2008. La constante crecida de los precios no favorecen esta remontada y desde hace años el sector pone sus esperanzas en la acuicultura. Una técnica que se basa en la cría de especies acuáticas en ambientes marinos controlados.

Estas granjas marinas se ubican en aguas costeras y proporcionan un entorno adecuado para el crecimiento y desarrollo de diversas especies, además de garantizar un abastecimiento más estable y ofrecer precios más estables. Más de la mitad del pescado que se compra en España procede de granjas marinas.

La periodista de la SER Sonia Ballesteros ha viajado hasta Campello, en Alicante, para conocer el funcionamiento de estas instalaciones acuícolas. Allí ha charlado con Ariadna Sitjà, científica del CSIC, Directora del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal, que ha incidido que estos métodos de crianza cuenta con el respaldo de la comunidad científica, incidiendo en la importancia de que la ciudadanía también conozca las ventajas de la acuicultura.

Por esto, ha desmentido algunos de los principales bulos que se han difundido sobre esta técnica y propagar la desconfianza. Empieza señalando el de los antibióticos, por el cual aseguran que en estas granjas marinas, se "atiborra" a antibióticos a estas especies. En España, recuerda la experta, existe una legislación muy estricta respecto del uso de antibióticos, no solo en la acuicultura, sino en toda la producción animal. Siempre tiene que ser un veterinario el que haga la prescripción para tratar una bacteria concreta que es la que está teniendo el brote en esa granja. "Se garantiza que se haya eliminado por completo ese antibiótico del pescado antes de que llegue al consumidor", insiste.

"Algunos incluso lo prefieren"

No es cierto, tampoco, que los peces estén hacinados en estas instalaciones acuáticas, puesto que cuentan con una superficie de agua más que suficiente. Tampoco es cierto que la acuicultura suponga un peligro para la pesca tradicional, sino que la complementa, sirviendo de garantía para satisfacer la demanda global.

Ariadna Sitjà insiste en que la principal ventaja de la acuicultura reside en su trazabilidad. "Es tan fantástico como puede ser el de pesquerías. Aquí la diferencia exacta está en que en el pez de acuicultura, sabes qué ha comido, tiene su trazabilidad total, desde el huevo hasta que lo pones en el plato", pidiendo saber todo lo que ha ocurrido con ese pez gracias al código de barras que viene en la caja.

En cuanto al sabor, el pescado no ha perdido calidad, sino que muchos consumidores han confesado que lo prefieren en las catas a ciegas que han llevado a cabo en el instituto. "Las personas no sabían distinguir realmente. Incluso a veces algunos preferían el de acuicultura porque tenía un poco más de grasa y le gusta más que no sea una carne tan tersa ni tan magra", concluye Sitjà.