El secreto profesional y la obligación del testigo de decir la verdad: un derecho y un deber que no colisionan

Esta semana, varios periodistas han tenido que declarar como testigos en el juicio del Fiscal General del Estado. La credibilidad que le dé a sus testimonios el Tribunal Supremo será una de las claves del juicio.

El abogado de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, de Alberto González Amador, ha tratado de restarles credibilidad, al asegurar que hay que prestar "cautelas especiales con lo que dicen, como con los investigados". Pero varios expertos en Derecho Constitucional sostienen que el deber de decir la verdad como testigos se mantiene intacto, aunque los periodistas tengan el derecho a no revelar sus fuentes.

"Los periodistas, como todo el mundo, tienen que decir la verdad. Un periodista se puede negar a decir la identidad de la fuente, pero no puede mentir", explica Joaquín Urías, profesor de Constitucional de la Universidad de Sevilla y exletrado del Tribunal de Garantías.

Fernando Flores, titular de Constitucional de la Universidad de Valencia, destaca que lo que han hecho varios de los periodistas en el juicio ha sido decir quién no era su fuente, el Fiscal General, y que eso lo hacen "bajo juramento de decir verdad como testigos". Si no cumpliesen con ese juramento, "estarían cometiendo un delito", señala Flores.

"Si no existiera el secreto profesional, no habría información"

Para la profesión, mantener bajo secreto las fuentes es indispensable. Miguel Ángel Noceda, presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas (FAPE) señala que es una forma de garantizar el acceso a la información, porque si existiese obligación de revelarlas, "esas fuentes nunca confiarían en los periodistas". Para Noceda, "el periodista que desvela sus fuentes deja de ser periodista, no está cumpliendo con su profesión".

El presidente de la FAPE defiende que existen unas reglas de juego en la profesión, y lamenta que en el juicio "han clasificado a los periodistas como de primera y de segunda". Para Noceda, no hay clasificación posible, porque todos deben cumplir con las mismas reglas, que son "dar información veraz, contrastada y contextualizada que respete los principios éticos de la profesión".