Qué fue de... Giovani dos Santos, el primer 'nuevo Messi' que no soportó el peso de las expectativas generadas en La Masía

Giovani Álex dos Santos Ramírez (Monterrey, México, 1989) fue uno de los talentos que más entusiasmó saliendo de la cantera de Can Barça después de la irrupción de Leo Messi. De hecho, su endiablada conducción con la pelota pegada a la bota y su baja estatura recordaron en La Masía azulgrana a aquel talentazo que había maravillado años antes. También rompió el techo del primer equipo muy joven y con las expectativas disparadas, aunque nunca llegó a hacerse con un puesto importantes en los esquemas culés y terminó saliendo en busca de oportunidades.

El nombre de los hermanos Dos Santos (Giovani y Jonathan) resonaba con fuerza en el fútbol base mexicano y, cuando todavía Giovani se encontraba aún en edad infantil, le llegó el momento de hacer las maletas hacia una vida dedicada a la pelota. El Barça se apresuró a brindar un nuevo entorno a su familia en España, recibiendo con los brazos abiertos en 2002 a un pequeño que ya entonces era una gran promesa mundial. También en La Masía fue dando pasos de gigante en su progresión, haciendo que se frotasen las manos con el talentazo que estaba en ciernes. Una esperanza que, por si fuese poco, se vio avivada cuando un genio de la talla de Leo Messi rompió el techo de cualquier canterano culé.

Altísima competencia en el Barça

Ya enfilaba Messi el camino hacia su primer Balón de Oro en el momento en el que Giovani dos Santos se enfundó por primera vez la camiseta del primer equipo azulgrana en partido oficial. Tenía 18 años recién cumplidos aquel 2 de septiembre de 2007 en el que fue recibido con una sonora ovación frente a todo un Athletic Club. Fue Thierry Henry quien le dio el testigo para entrar al campo en media hora en la que pudo entusiasmar al Camp Nou con su zurda privilegiada, acompañado de otros grandes maestros de ceremonias como Ronaldinho o el propio Lionel Messi con el que tanto fue comparado.

Intentó desde muy joven abrirse paso entre los mejores, aunque la encarnizada lucha por minutos en el vestuario del Barça obstaculizó su salto soñado a la élite. El barcelonismo pudo deleitarse con su talento a cuentagotas, siendo una de las armas recurrentes de Frank Rijkaard para foguear a sus grandes estrellas. Aun así, la ambición de Dos Santos de gozar de un mayor protagonismo, unida a los millones de libras que tentaron al Barça al verano siguiente, cortaron de raíz el sueño de ver nacer un nuevo ídolo 'de la casa' en Barcelona. Su despedida como culé fue con una actuación de súpercrack, firmando un hat-trick ante el Real Murcia y dejando goles de pura fantasía.

Con un cartel muy cotizado en Europa, recaló en las filas de una de las grandes fortunas de la Premier League. El Tottenham le prometió protagonismo y ser partícipe del juego vertiginoso de las islas británicas. Pero del dicho al hecho hubo un trecho enorme. La aclimatación a este nuevo fútbol no resultó ni mucho menos sencilla y, lejos de las expectativas que había generado su fichaje en Londres, terminó encadenando cesiones en busca de una gran explosión que nunca llegó.

Un currículum de idas y venidas

Se acostumbró a cambiar de aires en pleno invierno, cuando salió a préstamo al Ipswich, un año después al Galatasaray y más tarde incluso al Racing de Santander. Y pese a su grato regreso a la liga española en cuanto a números (cinco goles en media temporada en El Sardinero), no bastó para convencer a la familia del Tottenham para seguir insistiendo en su figura. Sí le sirvió como trampolín para encontrar acomodo en España.

En el Mallorca se frotaron las manos cuando le vieron volver a sonreír tras su fichaje en 2012. Se convirtió en una pieza fundamental del equipo, aunque su paso también resultó efímero por la isla por culpa de un descenso inesperado. De ahí saltó al Villarreal, donde vivió sus dos últimos años de fútbol en suelo europeo. Y es que, aunque fue importante en un equipo con el que incluso llegó a jugar Europa League, decidió emprender el camino de vuelta a Norteamérica.

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Allí se convirtió en icono de Los Ángeles Galaxy antes de regresar a su México natal, donde disfrutó de su última aventura profesional en el vestuario del América. Consagrado también como estandarte de la selección mexicana, con quien llegó a colgarse el oro olímpico de Londres 2012, disputó su último partido con apenas 32 años.

¿Qué hace ahora?

Se alejó del fútbol sin hacer ruido y, aunque nunca hizo público anuncio alguno de retirada, este desenlace se ha dado por hecho al haber pasado ya más de cuatro años de su último partido de competición. Además, la rutina que ha venido mostrando desde entonces en sus redes sociales tampoco ha invitado a pensar en que Dos Santos sienta nostalgia por volver a las canchas. Eso sí, en los últimos tiempos se ha venido mostrando muy en forma en lo que se refiere a materia deportiva, aunque con una pala en la mano. La fiebre por el pádel ha atraído también al antiguo ídolo del fútbol mexicano, que ahora se ha convertido en una celebridad en varios torneos de la capital de su país.

Aunque alejado del foco mediático, Giovani dos Santos ha seguido rodeándose del éxito también en el plano empresarial. Su pasión por los coches le ha llevado a participar en la compraventa de vehículos de alta gama, con los que se ha dejado ver en sus diferentes perfiles -en las últimas fechas minimizados al máximo tras la eliminación masiva de publicaciones-. Y aun así, esta faceta resulta una anécdota en comparación con el meganegocio que le ha permitido embolsarse algún que otro millón en esta nueva vida.

Y es que Giovani dos Santos se ha convertido al mismo tiempo en una ilustre pieza del mercado petrolero. El diario Claro indagó en esta nueva faceta del exjugador, ahora socio de la empresa Procura México vinculada a la petroquímica PEMEX. Estipulan además en este medio que el mexicano estaría embolsándose en la actualidad cerca de 500.000 dólares anuales, firmando una de las carreras más exitosas después del fútbol de élite y sin estar ligado a la pelota.