El éxito de la participación de España en la misión de la OTAN en Irak: "Hemos logrado que sea un reducto de estabilidad"

Estados Unidos ha ejercido una importante presión en las elecciones legislativas que se han celebrado esta semana en Irak para evitar que gane fuerza la comunidad chií, próxima a Irán. Los partidarios de mayoría chií han dominado la política iraquí desde la invasión estadounidense que derrocó a Saddam Hussein en 2003. La tensión entre Washington y Teherán se mantiene elevada y EE.UU. ha exigido que el próximo gobierno iraquí se encargue de desarmar a las poderosas milicias chiíes.

La prioridad es mantener la estabilidad y el crecimiento económico alcanzados tras casi dos décadas marcadas por la ocupación norteamericana, la guerra sectaria y la insurgencia yihadista. Y para ello, estas elecciones se han desarrollado con normalidad y de manera exitosa en cuanto a la seguridad, así lo cree el jefe de Estado Mayor de la misión de la OTAN en Irak, la NMI (Nato Mission Irak), el general Pedro Sebastián de Erice. En parte, gracias a dos misiones complementarias de la OTAN: la coalición de lucha contra el Dáesh iniciada en 2015, y la NMI, iniciada en 2018, para asesorar al Gobierno de Irak en materia de seguridad nacional y para desarrollar su sistema educativo profesional militar.

La NMI que dirige Pedro Sebastián de Erice no es una misión de combate, sino que incluye un "asesoramiento de alto nivel a los ministerios de Interior y de Defensa con un objetivo global de aumentar su efectividad para evitar el retorno del Dáesh y luchar contra cualquier forma de terrorismo", además de garantizar que las autoridades pueden estabilizar la situación en Irak. Ambas misiones "han contribuido a que ahora mismo la situación en Irak sea de unos niveles de seguridad realmente altos", celebra.

Sin embargo, pese al ligero aumento de la participación en los comicios, se percibe el desencanto hacia la clase política y la corrupción, especialmente entre los jóvenes. "Por supuesto que queda mucho hacer", reconoce de Erice. La lucha contra la corrupción es uno de los objetivos de la misión a largo plazo, la "construcción de la integridad". En concreto en el Ministerio de Defensa, "una de nuestras tareas es ayudar en la transparencia y en evitar esa corrupción".

El trabajo de la NMI

España cuenta en este momento con cerca de 180 militares desplegados en esta misión en Irak, siendo el país que más personal aporta a la NMI seguido de Francia y Rumanía. El Grupo de Operaciones Especiales participa en misiones de asesoramiento a los batallones de la unidad de élite contraterrorista de las Fuerzas Armadas iraquíes (CTS). "Cada operación que hacen, tiene su parte de asesoramiento, luego de ejecución y finalmente de sacar las conclusiones", explica de Erice.

También realizan un "adiestramiento de alto nivel" en capacidades poco comunes como el trabajo con perros K9 o el pilotaje de drones y el guiado terminal de municiones. Por otra parte, los asesores trabajan directamente con sus contrapartes iraquíes en "temas que están ya definidos en objetivos a largo plazo".

En cuanto al grupo del cuartel general, se encarga de las tareas normales de un Estado Mayor: gestión, planeamiento, asesoramiento al mando, apoyo a actividades de estos asesores o incluso coordinación, enumera de Erice. Pero una de las tareas más demandantes en este momento es asumir la gestión de la base que comparten con un cuartel general iraquí. Hay también un elemento nacional con tareas de apoyo y logísticas que es "nuestro cordón umbilical con España", explica de Erice. Y, por último, la mayor parte del contingente está dedicado a las fuerzas de protección, que son los que se ocupan de realizar los movimientos y las escoltas del personal de asesoramiento a los distintos emplazamientos en el país.

Éxito en la lucha antiterrorista

La NMI convive con la coalición de lucha contra el Dáesh que Estados Unidos y los socios están culminando. Su repliegue se lee como un éxito, en palabras del general, porque significa que las autoridades iraquíes son autosuficientes para frenar la amenaza terrorista, pero especifica que “la coalición está abandonando el Irak federal para centrarse en el en el Kurdistán iraquí y sobre todo en Siria, siguiendo un acuerdo que firmaron con el gobierno iraquí en septiembre del 2024”. El proceso tiene dos fases, la primera de las cuales terminó el pasado septiembre, mientras que la segunda acabará en septiembre de 2026 con el cierre de la operación.

Los medios iraquíes se felicitan por ser ya capaces de conducir operaciones por sus propios medios y ser autosuficientes sin el apoyo de la coalición, especialmente en el contexto de unas elecciones, como también ha reconocido la propia coalición. Aunque de Erice señala que, a diferencia de Siria, "la amenaza del Dáesh en Irak es actualmente residual, con células aisladas, sin la infraestructura de red que tenían en el pasado y todas originarias de Irak". Por eso, aunque el Dáesh sigue actuando, lo hace "principalmente con objetivos de oportunidad".

La lucha contra el Dáesh en Irak es importante para la estabilidad en la zona, que tiene una repercusión en occidente. "Estamos en un mundo global y yo creo que Europa en general y España en particular, sabe lo que lo que implica el terrorismo yihadista", subraya de Erice.