Selecciona tu emisora

Ir a la emisora
PerfilDesconecta
Buscar noticias o podcast

El fin del cierre de Gobierno en EEUU: una victoria y dos posibles derrotas para Trump

La claudicación de un grupo se senadores demócratas va a reabrir el Ejecutivo sin ninguna contrapartida de los republicanos, pero al mismo tiempo va a permitir que se vuelva a poner el foco sobre la inflación y los 'papeles de Epstein'

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el Despacho Oval. / BONNIE CASH / POOL (EFE)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el Despacho Oval.

Madrid

Donald Trump ha conseguido esta semana poner fin al cierre de Gobierno más largo de la historia de Estados Unidos, 43 días. Además, lo ha logrado sin hacer ninguna concesión a los demócratas gracias al voto de ocho senadores que, rompiendo la disciplina de grupo, se han aliado con los republicanos para reabrir el Ejecutivo. La reapertura del Gobierno ha sido una victoria indudable para Trump, pero, sin embargo, al mismo tiempo puede ser la puerta a dos derrotas para el presidente de consecuencias impredecibles.

Los cierres de Gobierno en Estados Unidos siempre son un problema para el presidente de turno. Se suspenden casi todos los servicios federales, se deja de pagar a cientos de miles de funcionarios, se paran muchos de los programas de ayudas y subvenciones, etc y los ciudadanos siempre culpan a quien más capacidad tiene para revertir la situación, es decir, al presidente. En esta ocasión no estaba siendo diferente. Todas las encuestas lo decían. Los resultados de las elecciones de la semana pasada -en las que arrasaron los demócratas- lo refrendaron. El propio Trump reconocía que "el cierre de Gobierno había sido un factor determinante en la derrota electoral de los republicanos".

Entonces, ¿por qué se rindieron los demócratas? En realidad, fueron ocho de los 47 senadores demócratas los que capitularon. Justo los ocho votos que les faltaban a los republicanos en el Senado para reabrir el Gobierno. Esos senadores sucumbieron a la presión de los votantes de sus circunscripciones y a cambio sólo lograron la vaga promesa de celebrar el mes que viene una votación sobre la asistencia sanitaria, que era el gran caballo de batalla de los demócratas en esta coyuntura. Es muy revelador comprobar como, de esos ocho senadores, ninguno tiene que revalidar su puesto en las elecciones de mitad de mandato del año que viene: Dos se retiran en 2026, dos no tienen que ser releegidos hasta 2028 y otros cuatro no se juegan su puesto hasta 2030. En Estados Unidos, los mandatos de los senadores son por 6 años. Por eso, cada dos años se renuevan 33 puestos de los 100 que componen el Senado.

Esta traición ha abierto grietas en el lado demócrata que pueden acabar con cambios en el liderazgo del partido. Pero en el lado republicano, la victoria en esta batalla puede acabar suponiendo la derrota en la guerra. Para empezar, por la misma razón por la que se cerró el Gobierno. Porque Trump se niega a prorrogar las ayudas para los seguros de salud que se aprobaron durante la pandemia. Eso hará que, a partir de enero, el coste de esos seguros se duplique e incluso triplique para millones de americanos. Y es lo que faltaba en la montaña de decepción que hay con Trump sobre la evolución de los precios, algo que reflejan constantemente las encuestas. Esta misma semana, en la CNN recordaban que los mismos sondeos que hace un año le daban 9 puntos de ventaja sobre Kamala Harris en la lucha contra la inflación, ahora dicen que su índice neto de aprobación en este problema está en -26. Es decir, que hay 26 puntos porcentuales más de personas que suspenden su gestión de la inflación que las que le aprueban.

La marcha de la economía en general y el coste de la vida en particular constituyen sin duda el gran problema para Trump en este segundo mandato, ya que fue el argumento principal que le hizo ganar hace un año a Kamala Harris. Pero el otro gran problema son los papeles de Epstein. El fin del cierre de Gobierno ha vuelto a poner los focos sobre los archivos de este pederasta que fue amigo íntimo del ahora presidente. Con la excusa del cierre de Gobierno, los republicanos han estado retrasando la toma de posesión de una congresista por Arizona, demócrata, que ganó su escaño en septiembre en una elección especial. Resulta que ese voto era el que faltaba para forzar una votación en el Congreso sobre la desclasificación de los papeles de Epstein. La congresista en cuestión, Adelita Grijalva, tomó posesión el miércoles... y de inmediato anunció que firmaba la iniciativa para forzar la votación.

Y lo hizo en el día en el que trascendió un correo de 2011 en el que Epstein reconocía que -textualmente- "Trump sabía lo de las chicas" y que había pasado "horas en mi casa" con una de las víctimas. De lo conocido hasta ahora, cada vez hay más pruebas de que Trump sabía lo que estaba pasando con Epstein, aunque no de que participara en el abuso de menores.

El caso es que los demócratas, y un puñado de republicanos, han conseguido que la semana que viene se vote en la Cámara de Representantes la desclasificación de los papeles. Es más que probable que se apruebe, pero no está tan claro que pase lo mismo en el Senado. Además, llegado el caso, Trump podría utilizar su veto presidencial para impedir la divulgación del contenido. Si eso pasara, tendría muy difícil explicar su decisión sin dar la sensación de que quiere ocultar algo. Los papeles de Epstein son radiactivos para Trump. No sólo por lo que puedan comprometerle personalmente, sino porque es un asunto muy sensible en su electorado más fiel, en el movimiento MAGA (Make America Great Again). Trump prometió en campaña desclasificar los papeles y desde que es presidente lo está intentando evitar a toda costa. Esa promesa incumplida es la que está provocando más grietas entre las huestes trumpistas.

La congresista republicana Marjorie Taylor Greene, una de las mayores exponentes del movimiento MAGA en la Cámara de Representantes, está entre quienes han anunciado que votarán para que los papeles de Epstein se hagan públicos. Está convencida de que "Trump no cometió ningún crimen porque así lo aseguran los testimonios de las víctimas". Por eso, "no entiendo que la Casa Blanca se oponga a que esos papeles vean la luz". Lo cierto es que Trump ya sabe que, la semana que viene, el fantasma de Epstein le va a seguir persiguiendo.

Miguel Á. Muñoz Encinas

Miguel Á. Muñoz Encinas

He trabajado en todos los programas informativos de la SER (Hoy por Hoy, Hora 25, Hora 14, boletines...

 

Directo

  • Cadena SER

  •  
Últimos programas

Estas escuchando

Hora 14
Crónica 24/7

1x24: Ser o no Ser

23/08/2024 - 01:38:13

Ir al podcast

Noticias en 3′

  •  
Noticias en 3′
Últimos programas

Otros episodios

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "

Compartir