Así trabaja el forense de Cuelgamuros: "Se encuentran cajas comunes con hasta 15 muertos republicanos mezclados"

Madrid

Cuando el equipo de Etxeberria llegó hace dos años al Valle de Cuelgamuros, se encontraron con que había 33.000 cuerpos, traídos desde distintos puntos de España, guardados en cajas apiladas en las criptas de la basílica. Actualmente, siguen intentando localizar los restos reclamados por unas 200 familias. Una misión, con una gran responsabilidad, que en ocasiones parece imposible de conseguir.

La exhumación comenzó en la capilla del Santo Sepulcro por cuestiones de seguridad y, tras varios años de trabajo, ya han revisado una gran parte del edificio. Para hacernos una idea de lo que los profesionales ven cuando entran al lugar, el forense ha hecho una curiosa comparación: "Rompemos un trozo de pared y entramos a un hueco lleno de cajas hasta los topes. Es como entrar a una zapatería y ver cajas de zapatos hasta los techos".

Según ha asegurado Etxeberria los restos más fáciles de identificar son aquellos por los que "Franco hizo todo lo posible para que estuviesen identificados", mientras que los más difíciles son los que se encuentran en cajas comunes "con hasta quince muertos mezclados del lado de los republicanos".

Este es uno de los factores principales que complican a diario la exhumación. "No es tan fácil reconstruir porque los restos están mezclados y los cráneos rotos por los disparos", ha declarado Etxeberria. Muchas veces, tienen que recurrir a los huesos de las piernas, en concreto el fémur para tomar las muestras que posteriormente se llevan al laboratorio.

Otra de la complicaciones tiene que ver con la humedad y el agua. El goteo que cae de la montaña ha provocado que las zonas más bajas estén arruinadas. "Hay lugares donde no hay nada que hacer desde el punto de vista forense", ha apuntado el coordinador.

El forense también ha explicado en 'Hora 25' en qué consisten los primeros pasos en el proceso de exhumación: "Las familias se dirigen al Patrimonio Nacional, que comprueba si es cierto o si puede ser posible que los restos estén allí. Se lo comunican al equipo forense de unas 20 personas. Buscamos la documentación y las circunstancia de por qué puede estar allí y a partir de ahí aclaramos en qué parte del edificio pueden estar los restos".

Una cuestión que ha querido destacar es la importancia del reconocimiento de la identificación por parte de las instituciones. "Lo que estamos entregando (a las familias) con seguridad es el hueso del que se ha obtenido la muestra para el ADN, pero la clave no está en entregar el hueso. Está en el informe pericial. Ahí es donde las familias ven el nombre y los dos apellidos del abuelo".

Asimismo, también ha lanzado un mensaje para aquellas personas que según asegura "dicen que están alterando la paz de los muertos". El forense ha sentenciado: "Nosotros tratamos con respeto a todos los restos que están delante".

Por último, ha recalcado el impacto que podrá llegar a tener este proyecto. "Hay forenses del otro lado del mundo que están mirando lo que está pasando aquí. Yo creo que algún día haremos un congreso de ciencia forense en la infraestructura que tiene el Valle, no para hablar de ADN, sino para hablar de derechos humanos".