Diane Kruger: "Las amistades peligrosas' se escribió hace 200 años, pero los retos que enfrentan las mujeres siguen siendo los mismos"

Madrid

Isabelle de Merteuil es uno de los personajes más fascinantes de la literatura francesa, una mujer que finge ser una viuda de reputación intachable, pero que en realidad es una manipuladora y libertina. La novela de Pierre Choderlos de Laclos publicada en 1782 mostraba la complejidad de la sociedad francesa y fue llevada al cine por Stephen Frears con Glenn Close interpretando a esta marquesa maquiavélica.

Casi dos décadas después del estreno de esta película, llega a HBO Max La marquesa de Merteuil, una adaptación seriada de la novela en la que conocemos la juventud de este complejo personaje y su ascenso a la nobleza francesa del siglo XVIII. La actriz Anamaria Vartolomei encarna a Merteuil desde una perspectiva contemporánea, guiada por la influyente y enigmática Madame de Rosemonde, interpretada por Diane Kruger.

Esta serie de intrigas y alianzas de palacio actualiza la historia y pone a los personajes femeninos en el centro. “Creo que el cambio de punto de vista y de mirada puede añadir un ángulo a la historia que no se había explorado antes”, comenta la actriz Diane Kruger en una entrevista por videollamada. “Aporta más matices a la historia y a temas que son históricamente atemporales: codicia, amor, sexo, dinero, esas cosas siguen siendo temas actuales”, asegura sobre un relato que ahora es “más moderno y diverso”.

Esta producción francesa, dirigida por Jessica Palud y creada por Jean-Baptiste Delafon, se presenta como una precuela de la novela, pero también de la laureada película dirigida por Stephen Frears. “Es muy difícil distanciarse de Gleen Close y John Malkovich, esa película es perfecta”, reconoce Diane Kruger. “Esa es la razón por la que, cuando oímos por primera vez el proyecto, nos preguntamos si necesitábamos volver a hacer otra adaptación de Las amistades peligrosas”, reconoce.

La serie sitúa su acción en el París anterior a la Revolución Francesa, un entorno marcado por la rigidez de las jerarquías sociales y la mirada masculina, pero actualizada con perspectiva de género. “Creo lo que me convenció de la serie es la mirada y el ángulo femeninos, y la complejidad de que puedes ser igualmente una víctima, pero queriendo obtener poder para tu propio beneficio personal”, dice Kruger. “Pero al mismo que también quieres encontrarte a ti misma y tomar posesión de tu propio cuerpo, y expandirte de una manera que a los hombres normalmente siempre se les ha permitido expandirse, pero a las mujeres no”, asegura la actriz.

A pesar de basarse en una novela escrita en 1782, la historia que resuena en Las amistades peligrosas es muy actual, y así quiere la actriz que se interprete por parte de los espectadores. “Estamos hablando de un libro que fue escrito hace 200 años, pero los retos que enfrentan las mujeres siguen siendo similares”, recalca. “Estoy muy emocionada por la oportunidad de contribuir a esa conversación y de cambiar el punto de vista”, dice la actriz.

El idioma ha sido uno de los principales retos de interpretación para la actriz de origen alemán. “Es francés antiguo, no es un francés hablado propiamente dicho, y eso me ha creado los mayores problemas y la necesidad de investigar acerca de ello”, dice la intérprete. “No solo aprendiendo el idioma, sino que hice un inmenso trabajo de guion para captar la esencia de ciertas escenas”.

Kruger pone en valor el trabajo de la directora, Jessica Palud, a la hora de plasmar en la pequeña pantalla la realidad de la época victoriana francesa, con un cuidado diseño de producción. “Admiro mucho a Jessica porque asumió este proyecto, y ha ayudado a reformular, reescribir y modernizar el lenguaje respetando la esencia general del siglo XVIII, haciéndolo más accesible al público más joven”, considera la actriz.