Joe Sacco: "Estamos en los extremos porque es fácil explotar el miedo al prójimo"
El periodista y dibujante advierte, con Trump en mente, de que "las democracias también cometen atrocidades"

Joe Sacco: "Existen democracias que cometen atrocidades, no representan realmente al pueblo"
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El periodista y dibujante Joe Sacco, referente mundial del periodismo gráfico, acaba de publicar El disturbio eterno (Reservoir Books), una obra que retrata los episodios de violencia étnica y religiosa ocurridos en Uttar Pradesh (India) en 2013. En una conversación con Javier del Pino en A vivir, Sacco ha reflexionado sobre el poder del miedo, la fragilidad de las democracias y el papel del periodismo.
En tu libro hay un momento en el que un personaje dice: "En un mundo normal todo el mundo está aquí en el centro. Pero en cuanto pasa algo la gente va a los extremos". ¿Qué es ese algo que puede pasar para que todo el mundo esté en los extremos?
La palabra que mejor resume la respuesta es miedo, miedo al prójimo. Creo que es complicado explicarles a las personas el hecho de que tienen valores y objetivos en común y cómo la sociedad debería trabajar unida por el bien de todos. Es más fácil dividir a las personas y valerse de esa división política para escalar hacia el poder, y la mejor manera de hacerlo es utilizar el miedo, culpar al prójimo. Vemos como los políticos lo hacen constantemente, se puede ver en India donde los musulmanes a menudo se les considera sujetos a los que temer, se puede ver en Estados Unidos donde se culpa de todo a los inmigrantes. Digamos que la gente no revisa los problemas sociales o los fallos del sistema, para un político es más fácil apuntar a alguien con el dedo.
En las guerras, cualquier persona puede convertirse en alguien violento y cruel. ¿En política pasa lo mismo? ¿Podemos irnos a un extremo y no ser capaces de volver?
Espero que no. De vez en cuando se producen esfuerzos para reconciliar grupos que han estado enfrentados, un ejemplo es Sudáfrica con la comisión de la verdad y reconciliación. Pero en otros casos la gente no regresa a los hogares que abandonaron, tienen miedo de hacerlo. Creo que todo depende de que haya voluntad, especialmente por parte de la clase política, pero lo más importante, que haya voluntad entre la población después de esa clase de violencia.
Has hecho reportajes en lugares desgarrados por conflictos étnicos y religiosos. ¿Qué has encontrado? ¿Somos inmunes a esto en democracias?
Suponemos que al vivir en democracias estas cosas no suceden, uno va al colegio electoral y vota, pero en ocasiones los políticos se las ingenian para que vayas al colegio electoral y les votes a ellos si son capaces de manipular una situación. Esto se ve muy claramente en Estados Unidos, por ejemplo, donde existe una especie de teatro de la violencia en las calles en el que el presidente llama a la guardia nacional o pone a una organización paramilitar a cargo de las deportaciones. El objetivo es intimidar a la población, no es algo que escondan, lo hacen a plena vista. Así que esa idea de que en democracias somos inmunes a este tipo de violencia que asociamos a países autoritarios no es real, es lo que estamos empezando a ver.
¿El asalto al Capitolio fue una señal de que la democracia está en riesgo?
Creo que algunas personas sí lo vieron y pensaron: vale, un presidente puede perder las elecciones y decir que las ganó y puede conseguir que una multitud lo crea y lo manipule. Es una señal de que hay algo francamente mal. Creo que el espíritu democrático es algo que se puede desvanecer y otra cosa puede reemplazarlo. Puede que haya elecciones y nos digan que fueron incorrectas, hubo un fallo en las elecciones y el resultado es todo lo contrario. Todas estas cosas se pueden manipular y parece que la clase política y una parte de la población quieren permanecer en el poder. La idea de un traspaso pacífico de poder ya no parece ser parte de su forma de pensar.
¿La democracia sigue siendo garantía de derechos?
Creo que no debemos considerar la democracia en términos morales, la democracia es una fórmula política neutral y existen democracias que cometen atrocidades. La población junto con sus líderes y representantes puede que quiera que sucedan esas atrocidades. En mi opinión no se trata de la democracia en sí, porque en esos casos lo vemos solo como elecciones que se pueden manipular. Creo que debemos pensar en el espíritu democrático, qué es, qué significa realmente. Debería significar que otras voces son bienvenidas y que realmente trabajamos hacia objetivos colectivos, decidimos entre nosotros y en el mejor de los casos el pueblo tiene poder de decisión, pero parece que le hemos entregado el timón a unos representantes, y ¿qué es lo que representan? En Estados Unidos a menudo representan los intereses de las empresas farmacéuticas, de armas o de las energéticas, no representan realmente al pueblo.
¿Cómo trabajas en el reportaje gráfico?
Creo que si me vieras trabajar pensarías que solo hago periodismo escrito, porque no hago bocetos ni nada parecido. Hago muchas preguntas, como todos los periodistas, tomo notas y grabo las entrevistas. Quizá lo diferente es que hago preguntas visuales que me ayuden más tarde a dibujar, también saco fotos para usar como referencia. Son cosas básicas cuando hago trabajo de campo.
¿Cuánto tiempo lleva elaborar un libro como este?
Puede llevarme años. Creo que este libro me llevó dos años de trabajo, pero he dibujado libros que me han llevado seis o siete. Se tarda mucho en hacer un cómic y yo básicamente me ato a la mesa y dibujo. Dibujar no es lo peor del mundo, me encanta hacer los dibujos.
¿Te has sentido amenazado durante tus reportajes?
No sé lo que es, pero cuando estoy trabajando como periodista, a veces siento que hay un pequeño campo de fuerza a mi alrededor que no existe en la realidad, pero simplemente confío en que la gente va a escuchar mis preguntas. No soy un tipo muy grande o una persona agresiva, yo escucho e intento averiguar lo que sucede. En otras palabras, no les provoco de forma que vayan a reaccionar de manera violenta hacia mí, al menos eso es lo que mi mente imagina y supongo que ignoro lo que pasa en realidad. De momento va bien.
En tus obras, las mujeres aparecen como víctimas en los conflictos. ¿Por qué?
Por desgracia, y no solo en los conflictos. Se suele considerar a las mujeres como propiedad, creo que en el fondo no hemos dejado de hacerlo. El otro motivo es que las mujeres poseen un poder reproductivo que muchos ven como la amenaza definitiva. Si nos fijamos en la teoría del gran reemplazo, se trata de lo mismo. Vamos a ser reemplazados por el poder reproductivo de otra persona. Eso es lo que está sucediendo en India, se oyen cosas así en muchos países occidentales.
¿Hay esperanza para India y para el mundo?
La esperanza para India, en mi humilde opinión, es que ellos construyeron su democracia y su constitución tiene una base muy sólida. Si echas un vistazo a su constitución y a las personas que la crearon es bastante impresionante. La esperanza es que haya un movimiento que les haga volver a ello. Mi mayor miedo, no solo en India, sino también en Estados Unidos, es que estemos perdiendo la sensación de que somos partícipes en una democracia, estamos dejando que nos pase a todos. Eso es lo que quería decir cuando dije que el espíritu democrático parece estar desvaneciéndose.
¿Trabajarás sobre Trump y la situación en EE.UU.?
De una manera u otra sería difícil evitar a Trump como tema. No sé si informaré, escribiré un ensayo o dibujaré una sátira, pero será una mirada a esta administración, aunque no solo a la administración, sino a la sociedad estadounidense en general y lo que ha sucedido.
¿Volverás a Palestina?
En cierto modo siempre estoy escribiendo un nuevo libro sobre Palestina, es el tema al que siempre vuelvo. Ahora mismo estoy trabajando en un libro sobre Gaza con un colega periodista llamado Christ. Estuvimos en Egipto hace dos o tres meses y entrevistamos a palestinos que huyeron de Gaza. Cuando empecé a hacer periodismo y cómics no tenía ni idea de que toda mi carrera profesional sería sobre este tema, pero te haces cada vez más preguntas. Empiezas a pensar en las implicaciones psicológicas, por qué sucede esto realmente, por las razones que escuchamos o hay algo dentro de los humanos que los lleva a hacer algo así, me parece fascinante.
Dedicas el libro a los periodistas rurales indios. ¿Por qué?
Pienso en el compañero que me ayudó, pero también pienso en otros que me ofrecieron su tiempo voluntariamente para echarme una mano. Cuando eres un periodista occidental y vas a un lugar así, no vas a poder moverte sin ayuda local, y quería expresar mi agradecimiento porque recuerdo estar en la escuela de periodismo y no saber cómo es realmente el trabajo de corresponsal. Siempre pensé que eran una especie de semidioses que flotaban sobre una situación, que lo sabían y entendían todo, y cuando empecé mi trabajo de campo me di cuenta de que dependen mucho de la ayuda local y en muchas ocasiones eso no se ve reflejado en su trabajo, así que quería mandar mi gratitud a los periodistas; en particular a los periodistas rurales: no reciben mucho amor, pero les agradezco todo lo que han hecho por mí.




