Manuel Jabois: "La mejor manera de enterrar el recuerdo de Franco es evitar que cualquier hombre o mujer desesperado recurra a él"

Madrid

A mí me gustaría celebrar con más énfasis los 50 años de democracia, y hacer valer sus virtudes, que los 50 años de la muerte de Franco y seguir insistiendo en sus horrores, que fueron muchos.

Tengo 47 años, soy un adulto de mediana edad que ha leído, visto y oído las desgracias de la dictadura, afortunadamente, desde que tengo uso de razón. Apoyo la extirpación de cualquier homenaje a aquella época; por ejemplo, la antigua presencia del dictador en el Valle, como centro de peregrinación y culto. Y todo lo demás.

Y quizá, 50 años después, debamos hacernos una pregunta. ¿Esta sobredosis de Franco por cualquier razón o con cualquier excusa está calando para que los jóvenes se pongan en contra? Los chavales que nacieron en los 90 y los 2000, y los 2010, ¿son más antifranquistas que los que nacimos en los 70 en los 80? Las encuestas dan resultados peligrosos. Advertir no es saturar, educar no es dar el coñazo, porque la juventud, por llevar la contraria, a veces contesta.

Me parece a mí que más valioso que recordar a Franco, aunque sea para insultarlo, es hacer políticas deliberadamente democráticas: políticas de vivienda accesible, políticas que garanticen sueldos dignos, políticas que garanticen entre los jóvenes oportunidades laborales y protección de sus derechos, políticas que devuelvan la confianza en las instituciones.

La mejor manera de enterrar el recuerdo de Franco es evitar que cualquier hombre o mujer desesperado recurra a él, sin haber vivido su dictadura militar, porque ha dejado de creer en los políticos y le vale cualquier cosa que vaya contra el sistema, aunque sea la destrucción de su libertad y sus derechos.