"Cada prenda cuenta una historia": así crean los universos visuales las diseñadoras de vestuario de Mulán y Yakarta

Antes de que una cámara se encienda, el vestuario ya ha empezado a narrar la película. Así lo explicaron en La Ventana Marta Murillo y Bina Daigeler, dos figurinistas que han dado forma a mundos tan distintos como el realismo urbano de Yakarta, la serie española que emociona por su realismo, y Mulán, la superproducción de Disney que mezcla tradición china y fantasía épica. Su trabajo demuestra que la ropa no es solo estética: es identidad, emoción y política.

Del guion a la calle

"Lo primero que lees es el guion", contó Murillo, que se sumerge en la psicología del personaje antes de diseñar. Para Joserra, el profesor de educación física de Yakarta, buscó reflejar su desaliño y una vida dividida entre el chándal y la normalidad: "Empiezas a ver joserras por la calle", confesó, explicando cómo observa personas reales para captar detalles auténticos. Incluso llegó a seguir a gente para entender cómo se movían y qué tiendas frecuentaban: "Me meto muchísimo en su vida y en su psicología".

En Celeste, otra serie en la que trabajó, la clave estuvo en los colores apagados: "Me olía a nicotina", dijo sobre la paleta cromática que transmitía la atmósfera gris y retro de la trama. Buscar tonos fuera de moda y gafas discretas fue parte de un trabajo minucioso para vestir a Carmen Machi como inspectora de Hacienda.

Mulán: fantasía con rigor histórico

Daigeler relató el desafío de vestir a una heroína en una superproducción de Disney: "Mi proceso es leer el guion y luego empezar una gran investigación: hasta qué punto es fantasía y hasta qué punto me baso en China", explicó. El proyecto movilizó a 120 personas entre taller y rodaje para confeccionar armaduras, trajes y accesorios que equilibraran tradición y magia. "Trabajamos con historiadores, diseñadores conceptuales y artistas gráficos para presentar los bocetos al director y a Disney", detalló.

El vestuario como lenguaje

Ambas coincidieron en que la ropa comunica mucho más que estilo. Daigeler lo resumió con una frase: "Hasta un sombrero puede ser político", al hablar de cómo el vestuario expresa poder e ideología, como ocurrió en Mrs. America. También reflexionaron sobre el estilo en la vida cotidiana: "Tener estilo ahora mismo es ser un poco diferente a lo que todo el mundo lleva", apuntó Murillo, que lamentó la uniformidad en la moda actual: "Somos una civilización clónica".

Desde un chándal desaliñado hasta una armadura imperial, cada prenda cuenta una historia. El trabajo de estas diseñadoras demuestra que el vestuario es narrativa, cultura y arte. Y, como dijo Daigeler, "lo que parece lujo silencioso muchas veces es muy caro porque detrás hay calidad y artesanía".