Las empresas no dimiten

Madrid

A propósito de esta noticia [el informe de la UCO sobre Santos Cerdán] me impresiona, como siempre, por poco frecuente, la aparición del nombre de una empresa, en este caso Acciona. Impresiona porque en España llevamos décadas poniendo el foco en los corruptos y sus contextos, sus causas y sus consecuencias. Sabemos también de sus defenestraciones, los que las sufrieron, porque este país es muy generoso. Pero nunca hemos tenido tantas noticias, ni parece que las vayamos a tener, de los corruptores. De los que estudian al ciervo herido y van a por él, o de los que acogen a políticos como en este caso supuestamente Cerdán y Ábalos ofreciendo sus servicios. Cargos públicos pagados con dinero público vendiendo servicios privados al sector privado inflado con dinero público a cambio de un poquito más, como el señor Burns, de Los Simpson, que quería dar todo lo que tenía por un poco más. El poco más es el cáncer de la corrupción española. La miseria de los políticos que se venden y la miseria de los empresarios que entienden, hasta explotarlo al máximo, el porcentaje podrido del sistema de contrataciones público español. Los políticos caen, es verdad, pero las empresas no dimiten.