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"Nacimos juntas y queremos morir juntas": las eurovisivas gemelas Kessler optan por el suicidio asistido a los 89 años

Alice y Ellen Kessler, estrellas del cabaret y representantes de Alemania en Eurovisión 1959, han muerto juntas en su casa de Baviera tras una vida inseparable

Las gemelas Ellen y Alice Kessler, en una foto de archivo en 1967. / Mirrorpix

Las gemelas Ellen y Alice Kessler, en una foto de archivo en 1967.

Madrid

Alice y Ellen Kessler, conocidas como las Hermanas Kessler, han fallecido juntas a los 89 años en su casa de Gruenwald, en Baviera (Alemania). La policía bávara ha confirmado que no hubo intervención de terceros y que se trata de un suicidio asistido, una práctica legal en Alemania bajo condiciones estrictas.

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Las gemelas habían planificado cada detalle de su despedida, incluida la fecha, y dejaron constancia de su decisión en una carta enviada a un periódico local.

La Asociación Alemana por una Muerte Digna (DGHS) ha confirmado que ambas cumplieron los requisitos legales: ser adultas, actuar por cuenta propia y asumir la responsabilidad exclusiva de la decisión.

En entrevistas recientes, Alice y Ellen habían manifestado que no querían apagarse lentamente ni perder autonomía, y que tampoco concebían la vida separadas. "Nos prometimos que eso no nos pasaría a nosotras", dijo Ellen en una ocasión.

Las gemelas nacieron el 20 de agosto de 1936 en Nerchau, cerca de Leipzig, en la actual Sajonia. Desde niñas se formaron en danza clásica y a los 11 años ingresaron en el ballet infantil de la Ópera de Leipzig. A los 14 superaron la exigente prueba para la escuela de danza de la Ópera, donde adquirieron la técnica que marcaría su carrera. En 1952, con 16 años, aprovecharon un visado para huir de la Alemania Oriental y reunirse con su padre en Düsseldorf, iniciando así su vida en la República Federal.

Su salto al estrellato comenzó en los cabarets de Düsseldorf y se consolidó en 1955, cuando fueron contratadas por el Lido de París. Desde entonces, su imagen glamourosa se convirtió en símbolo internacional. Debutaron en el cine ese mismo año y participaron en numerosas películas alemanas, francesas e italianas, como El conde de Luxemburgo (1957), Sodoma y Gomorra (1962) o La furia de los vikingos (1961), alternando papeles secundarios con números musicales.

Participación en Eurovisión

En 1959 representaron a Alemania Occidental en Eurovisión con la canción Heute abend woll’n wir tanzen geh’n (Esta noche queremos ir a bailar), en Cannes. Su animada puesta en escena, pionera para la época, no convenció al jurado: quedaron octavas entre 11 países con solo cinco puntos. Aun así, hicieron historia como el primer dúo en competir en el certamen. El tema se editó únicamente en Dinamarca en el EP Kess og sexy.

El tropiezo eurovisivo no frenó su carrera. Durante los años 60 y 70 fueron estrellas en Italia, donde residieron más de dos décadas y revolucionaron la televisión con el programa Studio Uno, popularizando la canción Da-da-um-pa.

También actuaron en Estados Unidos en The Ed Sullivan Show y The Red Skelton Hour, llegando a la portada de Life. En 1976 protagonizaron la portada italiana de Playboy, consolidándose como iconos culturales.

En 1986 regresaron a Múnich y en 1996 publicaron su autobiografía Eins und eins ist eins (Uno más uno es igual a uno). A lo largo de los años recibieron numerosos reconocimientos, como la Cruz al Mérito de la República Federal de Alemania, la Cruz al Mérito de Baviera y la Rosa de Oro de Montreux.

El pasado mes de julio fueron distinguidas con la Orden del Mérito Bávaro y el 24 de octubre hicieron su última aparición pública en la premiere del espectáculo ARTistART del circo Roncalli.

Las gemelas Ellen y Alice Kessler, en una foto de archivo en abril de 2025.

Las gemelas Ellen y Alice Kessler, en una foto de archivo en abril de 2025. / Gisela Schober

Las gemelas Ellen y Alice Kessler, en una foto de archivo en abril de 2025.

Las gemelas Ellen y Alice Kessler, en una foto de archivo en abril de 2025. / Gisela Schober

Fieles a su carácter independiente, organizaron su legado con precisión: dispusieron que sus cenizas reposaran en la misma urna junto a las de su madre Elsa y su perro Yello, y donaron toda su fortuna a Médicos Sin Fronteras.

"Los elegimos porque arriesgan la vida por los demás, ganaron el Nobel de la Paz y son serios", explicaron en entrevistas. Sin familiares cercanos, cumplieron su última voluntad juntas hasta el final.

 

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