Corrupción y cárcel
El PSOE no debe tratarlo como una cuestión de trámite, sino acelerar, como mínimo, las medidas de saneamiento, incompatibilidades y códigos de conducta que en su día propuso

Madrid
El caso Koldo-Ábalos-Cerdán, ha pasado al estado de ebullición. Por la petición fiscal de 24 años de cárcel contra José Luis Ábalos, ex secretario de organización del PSOE; y por la excarcelación de su sucesor en el mismo cargo, Santos Cerdán. Este ruidoso triple caso judicial tiene un evidente impacto político. Y el partido socialista no debe tratarlo como una cuestión de trámite, sino acelerar, como mínimo, las medidas de saneamiento, incompatibilidades y códigos de conducta que en su día propuso.
El procedimiento judicial, de momento parece no descarrilar con medidas abusivas, extemporáneas o inadecuadas. Y es curioso que convenga destacar esta normalidad, porque debería ser la pauta habitual, también en los demás casos mediáticos.
Un ejemplo de esa normalidad es que la prisión preventiva de Santos Cerdán haya durado 141 días, algo menos de cinco meses. ¿Mucho? Poco, si se compara con la que una actual magistrada del Supremo, Carmen Lamela, impuso desde la Audiencia Nacional al expresidente del Barça, Sandro Rosell: le aplicó casi un año, y otro año se lo dictó su sucesor. Total, dos años y ni una sola prueba. En este caso no solo es menos tiempo sino que parece que se ha utilizado para efectivamente acumular más indicios, que podrían ser significativos. Como el porcentaje de presuntas “mordidas”, del 2% de las obras públicas investigadas; y la presencia continuada de la empresa Acciona, bien conocida en estas digamos, tareas.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




