Francino se encuentra con un oyente en el metro y lo que le cuenta es el reflejo de la vivienda en España

Carles Francino arrancó La Ventana con una historia que, más allá de la casualidad, retrata uno de los problemas más graves del país: el acceso a la vivienda. "Anoche coincidí en el metro, después de salir del trabajo, con un chaval de 31 años, un ingeniero de energía de Ourense llamado Manuel", relató el periodista.

La conversación fue breve, pero intensa. Manuel le contó que escucha el programa desde hace años, que vivió en Reino Unido durante la pandemia y que La Ventana le acompañó en esos meses difíciles. Venía de la presentación del libro de Xavi Puig, colaborador habitual del espacio.

Pero lo que convirtió la anécdota en reflexión fue el dato que llegó después: "Ese ingeniero, con un máster, está viviendo en Madrid compartiendo piso. Ese es el panorama", subrayó Francino. Y lanzó la advertencia: "El tema de la vivienda sigue siendo, para mí y para todos, el más grave y el más serio que tenemos sobre la mesa. Si no se arregla, ¿cómo acabará? Pues acabará mal".

Un problema que no deja de crecer

A partir de ahí, el programa puso los datos sobre la mesa. El precio de la vivienda en España ha roto su récord histórico tras subir un 12% en el tercer trimestre del año. Aunque la escalada se contiene en las zonas tensionadas, el metro cuadrado ya supera el techo de la anterior burbuja inmobiliaria. Y hay más, en septiembre se vendieron 64.000 viviendas, la cifra más alta de toda la serie histórica.

"No estamos en una burbuja", explicó el economista Santiago Niño Becerra, "pero la demanda es muy inferior a la oferta y hay un segmento que paga al contado, sin hipotecas". El experto recordó que la mitad de las viviendas vendidas el año pasado se pagaron al contado, lo que evidencia la brecha entre quienes pueden acceder a la compra y quienes se ven obligados a compartir piso o prolongar la dependencia familiar.

Francino insistió en la imagen que le dejó aquel encuentro en el metro: "Un ingeniero con máster compartiendo piso a los 31 años". Para el periodista, esa fotografía resume la dificultad de emanciparse en España, incluso para perfiles cualificados.