Chenoa: "Decidí no venderme, y no me vendí, no me dio la gana"
La cantante, inmersa en proyectos televisivos, recuerda en El Faro con Mara Torres sus primeros pasos en la música y su paso por OT que le cambió la vida

Muchos no saben que realmente nació en Mar del Plata, en Argentina, en 1975, pero Chenoa llegó a España con ocho años, a Mallorca. Ya fuera en la isla o al otro lado del Atlántico, siempre estuvo vinculada a la música. Desde muy pequeña se acostumbró a dormir entre el jaleo de los conciertos de sus padres, que se han dedicado -y dedican- toda su vida a la música. Recuerda que le acomodaban una mantita dentro del bombo del batería de sus padres, Luis, y allí ella se acostaba sin problema.
Con 12 años se sube por primera vez a un escenario. Sus padres trabajaban cantando en numerosos hoteles, especialmente en Navidades, y fue de hecho muy lejos de Mallorca, en Maspalomas, donde se subió por primera vez a un escenario a cantar delante del público. Se atrevió con un villancico, el clásico 'White Christmas', con su padre al piano. "Me acuerdo que llevaba una falda blanca, tengo la foto en la cabeza porque fue un impacto", recuerda.
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Fue un poco más tarde cuando vuelve a subirse a un escenario, pero para comenzar a dedicarse a ello de forma profesional y ya para siempre. Fue una noche que su madre no pudo asistir a su actuación y su padre, con toda la naturalidad, le invitó a subir al escenario. "Muy natural, como "venga, te toca cantar a ti, no pasa nada, tu madre lo hace, te toca a ti ahora", y yo me subí y canté".
Durante seis años Chenoa compaginó su trabajo como educadora infantil en una guardería, Ratolíns, con su trabajo como cantante en el Casino de Mallorca. Llegaba a casa a las doce de la noche, y a las seis ya estaba de vuelta en la calle para abrir las puertas de la guardería. Fue allí, entre el jaleo de los pequeños, donde recibió la noticia de que había pasado el casting de Operación Triunfo.
Comenzó así una nueva etapa que cambió su vida, pero también supuso un reto a nivel personal. Chenoa nunca ocultó su carácter durante el concurso, y esto conquistó a buena parte del público, pero también provocó ciertos rechazos que, en cualquier caso, nunca le han disuadido de mostrarse auténtica durante toda su carrera.
"Eran prejuicios, prejuicios de los 2000. Ahí no había ni Me Too ni 'michii', ahí había zascas por todos los lados: estéticos, "por qué habla esta", prepotente, lista... ¡Qué cansinos! Y entonces tuve que tomar decisiones: o soy persona antes que artista, o me vendo, y no me vendí, no me dio la gana".
Por el momento asegura que no tiene en el horizonte trabajar en nueva música, que está centrada proyectos televisivos (OT 2025, Tú cara me suena, etc.). "Este ha sido el mejor año de mi vida".
"Reconozco que estoy muy feliz con lo que estoy haciendo en este momento. Me estoy dando un poquito de alegría y un poquito de paz. Me merezco que lo que haga tenga un equilibrio, y con la música no es así", reconoce Chenoa.




