Elisa de la Nuez: "Si hay una herencia del franquismo es la corrupción: 50 años después sigue funcionando igual"
La jurista lamenta que casos como los de Ábalos y Cerdán evidencian que "no hay voluntad de acabar con esto" porque siempre beneficia a los mismos

Madrid
La Fiscalía Anticorrupción ha solicitado 24 años de cárcel para el exministro José Luis Ábalos por su presunta implicación en la trama de mascarillas durante la pandemia. Anticorrupción atribuye a Ábalos cinco delitos: organización criminal, cohecho, malversación, tráfico de influencias y uso de información privilegiada.
Todo esto llega en un momento especialmente delicado para el PSOE, cuando el instructor del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, ordenara la puesta en libertad del exsecretario de Organización del partido, Santos Cerdán, tras 143 días en prisión preventiva. Cerdán abandona la cárcel de Soto del Real con medidas cautelares: sin pasaporte, prohibición de salir de España y obligación de comparecer cada quince días ante la justicia.
En este contexto, la jurista Elisa de la Nuez ha dejado una de las reflexiones más contundentes en El Abierto de Hoy por Hoy. "Si hay algo que sí es una herencia del franquismo es la corrupción", ha afirmado. "La arrastramos desde entonces y me desespero un poco", ha añadido, apuntando a un patrón que considera inalterable pese a las reformas legales de las últimas décadas.
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Elisa de la Nuez: "Si hay una herencia del franquismo es la corrupción: 50 años después sigue funcionando igual"
De la Nuez ha lamentado que el mecanismo siga siendo "exactamente el mismo": acuerdos opacos entre empresas y responsables políticos, amaños de contratos y beneficios personales. "Es que han pasado 50 años, hemos aprobado cientos de medidas y esto sigue pasando igual", ha reprochado.
Ha citado el caso de Servinabar como ejemplo de un sistema que continúa generando espacios para el fraude: "Jamás hubiera accedido a un contrato público sin la cobertura de Acciona, porque no tenía la solvencia necesaria".
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La jurista también ha cuestionado la determinación real de las instituciones para combatir estas prácticas: "A veces pienso que quizá no hay voluntad de acabar con esto. Dos manzanas podridas, quince… pero el sistema no se toca porque puede venir bien". Y ha cerrado con un mensaje de preocupación: "Viendo lo que está pasando, no sé qué medidas pueden funcionar, aunque se me ocurren unas cuantas".
Las palabras de De la Nuez llegan en un momento en que la credibilidad institucional vuelve a estar en el centro del debate público y cuando dos antiguos responsables de la organización socialista están bajo la lupa judicial por tramas de corrupción.





