"No seré yo quien insinúe ninguna intención oculta en la decisión del Supremo este 20-N, pero ya es casualidad"
"Sabemos cómo empezó esto, hemos escuchado a los testigos... y la sentencia es esta. Pues vale".

La vida está llena de carambolas, de coincidencias y no hay que buscarle siempre tres pies al gato, ni mucho menos. Pero ya es casualidad que el Tribunal Supremo se haya apresurado tanto como para dictar precisamente hoy, 20 de noviembre, cincuenta aniversario de la muerte de Franco, dictar sentencia condenatoria contra el fiscal general del Estado.
No seré yo quien insinúe ninguna intención oculta, por favor, pero insisto: ya es casualidad.
Otra cosa es la sentencia en sí misma, que aún no está redactada, o sea que aún no se conocen en detalle los argumentos en base a los cuales cinco de los siete jueces y juezas que componían el tribunal han considerado que Álvaro García Ortiz cometió un delito de revelación de secretos, por lo que queda inhabilitado durante dos años para seguir ocupando el cargo.
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Francino: "No seré yo quien insinúe ninguna intención oculta en la decisión del Supremo este 20-N, pero ya es casualidad"
No solo eso: tendrá que pagar las costas del juicio, una multa y además darle 10.000 uros a Alberto González Amador por daños morales. En fin, esto es lo que hay.
Ya hemos recordado hasta la saciedad cómo empezó todo esto, con un bulo propagado desde la Comunidad de Madrid proteger a un acusado de evasión fiscal y al intento de la Fiscalía por contrarrestar ese bulo. Ya hemos escuchado también lo que declararon los testigos y testigos durante el juicio... y la sentencia es esta. Pues vale. Habrá que acatarla.




