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El callejero del crimen de Manu Marlasca: "Acabé formando una guía en la cabeza"

El periodista recorre mentalmente los barrios de Madrid y los escenarios más oscuros del mundo con un mapa que solo existe en su memoria

El callejero del crimen de Manu Marlasca: "Acabé formando una guía en la cabeza"

Manu Marlasca no necesita mapas para orientarse por Madrid: su memoria es un callejero marcado por la violencia. "Cuando empecé en esto de los sucesos, allá por 1988, cubría sobre todo crímenes en Madrid y acabé formando una guía en mi cabeza, una especie de callejero del crimen", confesó en SER Aventureros. Cada barrio le evocaba un asesinato: "Sabía los barrios por los crímenes. Ah, mira, el crimen de Sainz de Baranda; ah, el de Méndez Álvaro".

Ese mapa mental se fue ampliando con viajes que lo llevaron a escenarios donde la historia se escribe con sangre. "Cuando Cosa Nostra asesinó a Falcone, estuve en Sicilia. Cuando el ejército colombiano mató a Pablo Escobar, yo estaba allí", recordó. También cubrió la guerra de Bosnia: "Entrar en Sarajevo en el 92 era complicadísimo. No sabías qué checkpoint estabas pasando. Era una guerra civil, y eso lo complica todo".

Hoy, Marlasca trabaja en televisión, pero insiste: "Mentalmente estoy en un plató, pero mi lugar natural es la calle". Aunque ahora viaja por placer, la mirada profesional nunca se apaga: "De manera inconsciente, cuando voy a sitios que han sido escenario de algún crimen, inevitablemente lo relaciono. Es casi automático".

Su experiencia le ha enseñado que la violencia no es nueva, pero sí más visible: “Ahora hay una vieja del visillo en cada esquina. Todo se graba y se sube a redes. Y además hemos perdido el principio de autoridad. Eso sí que trae más violencia”.

Entre los recuerdos más duros, cita dos viajes: "La guerra de Bosnia y la Sicilia interior tras el atentado contra Falcone. Meterse allí era revivir El Padrino, pero el dos, cuando Al Pacino vuelve al pueblo". También menciona Angola: "Un sitio complicado al que no creo que vuelva".

Después de tantos años, su capacidad de asombro sigue intacta: "Por retorcido que seas, no hay forma de igualar lo que nos encontramos todos los días". Y concluye con una reflexión que resume su vida profesional: "Soy reportero. Siempre lo seré".

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