El curioso origen de la palabra pupila que tiene que ver con las muñecas

En el último episodio de Serendipias, Pablo Rubio nos dejó una revelación lingüística que conecta la anatomía con la historia del lenguaje: la palabra pupila no solo designa la abertura en el centro del ojo, sino que su origen está ligado a las muñecas.

"La palabra pupila viene del diminutivo de pupa, que en latín significa muñeca", explicó Pablo. "Cuando nos miramos en los ojos de otra persona vemos una pequeña versión de nosotros mismos, como una muñequita. De ahí viene pupila".

Este detalle surgió en una conversación sobre espejos y reflejos, donde el equipo reflexionó sobre cómo, antes de que existieran los espejos, la única manera de vernos era a través de los ojos de los demás.

La explicación va más allá de la curiosidad etimológica: nos recuerda que los ojos son espejos diminutos. Cuando alguien nos mira, en su pupila se refleja nuestra imagen reducida, como si fuéramos una figura en miniatura. Esa ilusión óptica, que cualquiera puede comprobar acercándose a los ojos de otra persona, inspiró a los romanos para bautizar esa parte del ojo con un término que evoca ternura y pequeñez.Por eso, el origen de la palabra pupila está directamente relacionado con la idea de una muñeca en miniatura.

"Es fascinante pensar que llevamos miles de años llamando muñeca a lo que vemos en el centro del ojo", apuntó Pablo. "Porque ahí está nuestra versión más frágil y más íntima".

A partir de esta idea, el programa se adentró en reflexiones sobre la obsesión moderna con la imagen y los efectos psicológicos de los espejos.

El debate incluyó el lado oscuro de los espejos: la dismorfia corporal. "Yo he conocido un caso de una persona con anorexia terrible a la que tuvieron que quitar todos los espejos de casa", relató Pablo. "Porque no podía verse sin que eso agravara su enfermedad". Una reflexión que conecta la ciencia con la psicología y que recuerda que los espejos no son neutrales: pueden ser aliados o enemigos.

Pero no todo fueron críticas. En Serendipias defendieron la utilidad de los espejos en la vida cotidiana y en la ciencia: desde los telescopios que nos permiten observar el universo hasta los hornos solares que aprovechan la luz para cocinar.