La mano izquierda de Ancelotti se hace notar en Brasil desde el primer día: "¡Vino a esperarme al examen de conducir!"

El lado paternal de Carlo Ancelotti que tanto han resaltado multitud de sus pupilos a lo largo de los tiempos sigue sobresaliendo en Brasil. El entrenador llegó en los últimos meses a Sudamérica con el objetivo de reflotar a la Canarinha con vistas al Mundial 2026 y su llegada, anunciada a bombo y platillo por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) después de años tanteando el fichaje, ha supuesto una inyección para un gigante dormido. Los internacionales brasileños, clasificados matemáticamente para la gran cita desde la primera ventana con Carletto al mando, sacan pecho de su nuevo seleccionador y ejemplifican su figura con episodios a la altura de muy pocos.

El último exponer públicamente las dimensiones de esta famosa mano izquierda con el vestuario ha sido Estevao. El jugador del Chelsea conoció a Ancelotti en su primera concentración con Brasil de cara a los partidos internacionales de junio. Era entonces una figura de 18 años del Palmeiras por la que suspiraban los grandes de Europa, aunque su salto anunciado a Londres estaba a escasos días de formalizarse.

Tampoco pasó desapercibido su talento para un Ancelotti que no dudó en reclutarle para sus primeros partidos con la selección brasileña. Ecuador y Paraguay esperaban como pruebas de fuego en este inicio de era, pero estos compromisos se entrometieron en otro 'examen' alejado de lo deportivo.

El día que Ancelotti se ganó a Estevao

"Cuando estuvimos en Sao Paulo con la selección nacional de Brasil, las cosas fueron muy ajetreadas...", comenzó a sincerarse Estevao en una entrevista con Sky Sports. "Me dieron una hora determinada para hacer el examen de conducir y fue entonces cuando hablamos con Ancelotti para ver si me dejaba ir a sacar el carné", comentó, antes de desvelar hasta qué punto llegó la mano tendida del entrenador: "Después de eso, ¡Ancelotti vino a esperarme a la puerta para ver si aprobaba o no!", apuntó el jugador.

En esta situación tan surrealista, la primera reacción de Estevao fue demostrarle a su seleccionador el júbilo con el que había recibido el aprobado. Pero además, las felicitaciones de Ancelotti no sólo quedaron ahí, sino que todavía le tenía reservado un gran momento de 'tierra, trágame' que sacó las risas de todo el vestuario. "A la hora de comer, dijo: '¡Parad todos, tengo noticias que contaros! ¡Estevao ha aprobado el examen de conducir!'", cuenta la joven perla del fútbol brasileño, que todavía recuerda esta experiencia con una sonrisa en la cara. "¡Todos se reían muchísimo, era tan divertido!", admitió, haciendo memoria del momento en el que Ancelotti consiguió meterle en su bolsillo.