"Pretenden curar traumas con recuerdos inventados": la propuesta que inquieta a psicólogos
La neurocientífica Nazareth Castellanos pone sobre la mesa un debate ético en neurociencia

"Pretenden curar traumas con recuerdos inventados": la propuesta que inquieta a psicólogos
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La neurocientífica Nazareth Castellanos lanzó en La Ventana una reflexión que ha encendido el debate ético. En Estados Unidos se estudia la posibilidad de introducir recuerdos falsos en personas con traumas para aliviar su sufrimiento. Una técnica que, según los investigadores, se apoya en la extraordinaria facilidad del cerebro humano para generar memorias ficticias.
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"Hay una propuesta muy polémica: introducir recuerdos falsos en personas con trauma", explicó Castellanos. "A primera vista puede parecer una solución compasiva, pero el debate ético es enorme: no sabemos cómo se implantarían esos recuerdos ni qué consecuencias tendría para la identidad de la persona".
La idea se sustenta en un hallazgo inquietante: nuestra memoria no es infalible. El hipocampo, la región cerebral encargada de almacenar recuerdos, también participa en la imaginación. En situaciones de estrés extremo, su funcionamiento se debilita, lo que facilita la creación de recuerdos ficticios.
"Cuando la amígdala está muy activa, el hipocampo está más débil", detalló Castellanos. "Cuanto más nerviosa estés, más te va a fallar la memoria".
Un experimento que lo demuestra
Esta vulnerabilidad ha sido aprovechada en experimentos que demuestran lo fácil que es implantar recuerdos. Uno de los más famosos consistió en convencer a voluntarios de que tenían una foto en Disneyland con Piolín, el personaje que no pertenece a Disney.
Castellanos ilustró lo sencillo que resulta manipular la memoria: "Primero daban detalles muy concretos para que la persona reconstruyera mentalmente la escena: 'usted estaba vestido así, estaba en tal sitio…'. Poco a poco, el voluntario acababa convencido de que tenía una foto en Disneyland con Piolín. Cuando lo afirmaba con seguridad, los investigadores revelaban la trampa: 'Piolín no es de Disney'. Así demostraban lo fácil que es crear un recuerdo que nunca existió".
La certeza de lo falso
El cerebro rellena vacíos con tal convicción que la persona cree estar diciendo la verdad. "Cuando el cerebro quiere implantar una memoria falsa, la construye con conexiones neuronales muy fuertes. Eso genera una sensación absoluta de certeza: no solo inventas el recuerdo, sino que llegas a estar convencido de que ocurrió", añadió Castellanos.
El debate ético
La propuesta de usar esta capacidad para curar traumas divide a la comunidad científica. ¿Es lícito manipular la memoria para aliviar el dolor? ¿Qué riesgos implica alterar la identidad narrativa de alguien?
Castellanos advierte: "Es muy fácil introducirnos memorias falsas, mucho más de lo que pensábamos. Y esto ya se estudia para estrategias de venta. Somos muy, muy manipulables".
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