Qué fue de... Duda, el francotirador de LaLiga que hizo de los lanzamientos de falta un arte inigualable

Sérgio Paulo Barbosa Valente (Oporto, Portugal, 1980) fue un futbolista que, archiconocido en el mundo del fútbol como 'Duda', sustentó su trayectoria en una zurda de oro. Con un guante en la bota que brilló sobre todo a balón parado, salió muy joven de su país para hacer carrera en España y, más en concreto, en Andalucía, donde adquirió un acento de lo más característico. Aunque fue en Sevilla donde engrosó su palmarés en mayor medida, se convirtió en hijo pródigo de Málaga después de largos años con gratos recuerdos.

Su primera parada en tierras andaluzas, eso sí, fue Cádiz. La técnica sobresaliente de la que empezó a hacer gala en las categorías inferiores del Vitoria Guimaraes llamó la atención del equipo gaditano, quien confió en sus capacidades intentando retomar el sueño de regresar al fútbol profesional tras haberse estancado en la Segunda División B. Dos temporadas de 'mili' pasó en la categoría de bronce, adoptando la frustración de quedarse a las puertas del objetivo para convertirse después en una curiosa apuesta para Primera.

El inicio de la leyenda en Málaga

Y es que Duda, consagrado ya como un pequeño genio en el fútbol modesto, se saltó el paso intermedio y llegó a las filas del Málaga CF en 2001. Pero su legado tuvo que escribirse a ritmo lento, obligado a foguearse durante un año al Levante UD a Segunda antes de protagonizar su salto al estrellato. Y es que, aunque su etapa por Valencia no fue especialmente prolífica en cuanto a números, regresó dispuesto a comerse el césped de La Rosaleda.

Del ostracismo de sus inicios pasó a ser un indiscutible en los esquemas del conjunto boquerón durante los tres años siguientes. Su liderazgo en el campo se echó sobre sus hombros a un Málaga que acostumbró a deleitarse cada vez que el portugués se preparada para botar un balón parado. Su pie izquierdo se convirtió en un surtidor inagotable de asistencias y golazos, aumentando con ello su caché hasta una temporada en la que las lesiones dinamitaron todas sus ilusiones y las de su equipo. Tras consumarse un temido descenso a Segunda, Duda se convirtió en un traspaso de relumbrón para un Sevilla FC asentado ya en la élite europea.

No lo tuvo nada sencillo para tener continuidad entonces en los planes de Joaquín Caparrós. La pugna por minutos en el perfil izquierdo se convirtió en una lucha encarnizada con Diego Capel o Adriano Correia, aunque ello no impidió que siguiese sumando minutos de calidad y cada vez de más peso. Porque como sevillista no sólo se estrenó en competiciones europeas, sino que además fue partícipe del particular idilio del Sevilla con la Europa League (antigua Copa de la UEFA).

En estos dos años como hispalense amplió como nunca su palmarés. Porque además de coronarse campeón de la UEFA en 2007 tras aquella histórica final española frente al RCD Espanyol, pudo hacer lo mismo en Copa del Rey con apenas unas semanas de margen y repetir gloria en verano durante la consecuente Supercopa de España. Sin embargo, Duda nunca pudo hacerse con un papel protagonista en el Sánchez-Pizjuán y la falta de continuidad le llevó a emprender el camino de vuelta.

Una Champions en La Rosaleda

El grato recuerdo que dejó en Málaga hizo que le recibiesen con los brazos abiertos para una segunda etapa coincidente también con el regreso del club a la élite. Duda volvió incluso con más renombre del que se fue, ya como un internacional absoluto con Portugal que comenzó a abrirse paso en las alineaciones junto a los Cristiano Ronaldo, Nani y compañía. Por si fuera poco, los resultados que ofreció en La Rosaleda terminaron por encumbrar a los malagueños en los mejores años de su historia.

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Y es que el megaproyecto que fue capaz de rodear a Duda en la Costa del Sol de talentos de la talla de Júlio Baptista, Demichelis o Isco alcanzó cotas impensables hasta hacía poco. No sólo logró la primera clasificación malacitana para la Champions, sino que incluso permitió soñar con unas semifinales que no pudieron ser por culpa de un desenlace cruel en Dortmund. El portugués, por si fuera poco, portaba el brazalete de capitán en estas citas que han quedado grabadas en el recuerdo de los aficionados boquerones.

No volvería a cambiar de aires Duda en todos los años de fútbol que tenía por delante. Partícipe en los días de gloria, continuó abanderando al Málaga hasta sus últimos días en activo. Asentando al equipo en la zona media de la liga española, optó por despedirse del fútbol cuando estaba a punto de cumplir 37 años y convertido en historia viva albiceleste. Sus 348 partidos con la camiseta malaguista siguen a día de hoy estableciendo un récord que le hizo despedirse de los terrenos de juego como una auténtica leyenda.

¿Qué hace ahora?

Colgó las botas, pero jamás se despidió del fútbol. Porque en ningún momento ha dejado de estar ligado a la pelota y, casi inmediatamente después de retirarse como un ídolo en las filas del Málaga CF, encontró un nuevo acomodo en el organigrama del club. De ser una de las estrellas del vestuario pasó a recalar en la dirección de la cantera, donde desarrolló su carrera en los despachos hasta 2023 como uno de sus ojeadores de más renombre por su larga trayectoria de corto.

En la actualidad, ha continuado centrando sus labores en formar a los jóvenes talentos en ciernes, aunque sin ligarse a ningún club. Asentado como un malagueño más, en los últimos tiempos ha encabezado proyectos como los del campus que lleva su nombre, reuniendo a los más pequeños para unas jornadas inolvidables de ocio en las instalaciones del estadio Vivar Téllez de Vélez-Málaga.

Además, desde este 2025 ha asumido un nuevo cargo en la agencia de representación de futbolistas y entrenadores 33Sport. Allí, como recoge el propio exjugador en sus redes sociales, realiza las funciones de director dentro del sector oriental de Andalucía. Su labor principal, guiar a las principales promesas de la región en su formación hacia varios de los clubes con más proyección.