José Precedo analiza quién vigila a las grandes auditoras fiscalizadoras: "Han operado como un cártel durante años"
La decisión de Acciona de contratar a PwC para revisar sus protocolos anticorrupción da pie al periodista José Precedo para reabrir el debate recurrente alrededor de estas compañías

Madrid
Las grandes auditoras —las llamadas Big Four: PwC, Deloitte, KPMG y Ernst & Young (EY)— ejercen un poder determinante sobre el funcionamiento del capitalismo contemporáneo, ha explicado el periodista José Precedo en su Expediente de hoy. Controlan, certifican y supervisan la contabilidad de las empresas más poderosas del planeta. Sin embargo, el escrutinio público sobre su propio funcionamiento es sorprendentemente reducido.
Su presencia en los centros de poder, opina Precedo, es tan real como simbólica: rascacielos en La Castellana madrileña, torres corporativas y miles de empleados. En 2023, las Big Four facturaron en España 3.754 millones de euros, un tercio más que antes de la pandemia. Deloitte lidera el mercado nacional y acumula grandes contratos, como el del Banco Santander, valorado en 1.000 millones hasta 2035. Pero, pese al tamaño colosal de sus cifras, lo que ingresan en España es apenas una porción mínima de un negocio global de decenas de miles de millones de euros.
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Expediente Precedo | Quién vigila a las grandes auditoras fiscalizadoras: "Han operado como un cártel durante años"
Paradójicamente, estas corporaciones encargadas de garantizar la transparencia y el cumplimiento normativo también han sido objeto de reproches, sanciones y multas. Uno de los capítulos más llamativos se produjo hace dos años, explica Precedo, cuando la Inspección de Trabajo sancionó a las cuatro por un total de 1,4 millones de euros debido a la ausencia de registro horario obligatorio y por prácticas laborales que incluían jornadas de hasta 84 horas semanales en algunos equipos de EY. Las propias patronales del sector, antes de las multas, habían planteado convenios laborales con jornadas de 12 horas diarias y sábados como día laboral.
El nuevo convenio, firmado finalmente este año, contempla subidas del 10% anual en tres ejercicios; una mejora salarial celebrada por los sindicatos, aunque insuficiente por dejar fuera nocturnidades y guardias. Sin embargo, entre los trabajadores cunde la sensación de que, pese a algunos avances, persisten departamentos donde el horario "de nueve a nueve” continúa siendo la norma en los picos de trabajo.
Reacción entre los jóvenes trabajadores
Ese desgaste generacional parece estar teniendo consecuencias: jóvenes profesionales priorizan cada vez más la conciliación y rechazan condiciones que generaciones anteriores asumieron como inevitables. En algunos despachos reconocen dificultades para completar equipos, en un sector que pierde atractivo entre quienes rechazan la autoexplotación.
Pero las sombras que proyectan las Big Four no se limitan al ámbito laboral, indica el periodista. En 2021, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia sancionó a 22 consultoras —incluidas Deloitte, PwC y KPMG— por operar como un cártel durante una década, amañando licitaciones públicas y pactando precios en 173 concursos. La resolución está recurrida ante la Audiencia Nacional, que ha suspendido el pago de las multas, alegando algunas consultoras que su abono limitaría su capacidad de contratar personal.
Deloitte también ha logrado sortear la sanción de 10 millones de euros impuesta por el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas por su auditoría de Bankia en los años previos al rescate de 24.000 millones. La Audiencia Nacional levantó la sanción en junio de 2025 apoyándose en la sentencia del Tribunal Supremo que absolvió a los acusados por falsedad contable, y señalando que el verdadero supervisor era el Banco de España.
Prácticas extendidas a nivel nacional e internacional
Un caso especialmente significativo fue el de la fusión de las cajas gallegas —Caixa Galicia y Caixanova— impulsada por la Xunta y avalada públicamente por una auditoría de KPMG que, según sus responsables políticos, garantizaba la viabilidad de la operación. El resultado fue el rescate con 9.000 millones de euros de dinero público. Años después, documentos obtenidos parcialmente por la oposición revelaron que la auditoría se adjudicó sin concurso, por 900.000 euros, que su contenido era secreto —pese a haberse financiado con fondos públicos— y que el cálculo de necesidades de capital de la consultora era de 485 millones, muy lejos de los 9.000 finalmente necesarios, ha relatado Precedo.
Casos como éstos, argumenta, recuerdan grandes fiascos internacionales: Enron en Estados Unidos, que acabó con la caída de Arthur Andersen, por entonces una de las Big Five. En España, quiebras multimillonarias como Fadesa, Astroc o Pescanova han generado preguntas similares: si las auditorías certifican la salud de las cuentas, ¿cómo es posible que colapsen sin que nadie asuma responsabilidades?, se pregunta Precedo.
El periodista ha finalizado abordando la llamada “rotación de Arturitos”: profesionales que pasan de auditar a las empresas del IBEX a ocupar puestos clave en ellas, en ocasiones llegando a convertirse en altos directivos o incluso CEOs. Un fenómeno que alimenta más interrogantes sobre independencia y puertas giratorias en un sector acostumbrado a fiscalizarlo todo… excepto a sí mismo.




