¿Tendríamos una cura contra el cáncer si hubiera un 'Proyecto Manhattan' para avanzar en su lucha?
La catedrática de física Sonia Contera aboga por una ciencia que vuelva a centrarse en las preguntas fundamentales
¿Tendríamos una cura contra el cáncer si hubiera un 'Proyecto Manhattan' para avanzar en su lucha?
En los últimos años, la ciencia ha transformado nuestra vida de una manera incalculable, pero siguen existiendo infinidad de respuestas para las que aún no tenemos respuesta. Hemos viajado a la luna, la esperanza de vida no deja de crecer y las máquinas ya son capaces de aprender y actuar casi como los humanos, pero los avances tecnológicos se enfrentan a retos sin resolver.
Uno de ellos es la cura contra el cáncer y para hablar de ello ha pasado por los micrófonos de A vivir que son dos días Sonia Contera, catedrática de Física en la Universidad de Oxford. La investigadora acaba de publicar Seis problemas que la ciencia no puede resolver (Arpa) donde explora los desafíos más complejos a los que se enfrenta la ciencia contemporánea.
"La ciencia no está avanzando": Sonia Contera, catedrática de Física en Oxford
Hay una teoría que subyace en su texto y es que la sociedad se muestra demasiado optimista en cuanto a los avances científicos. Centrándose en problemas que se plantearon fundamentalmente a principios del siglo XX, Contera ahonda en la necesidad de volver a esas preguntas que persisten y que en el último siglo ha cambiado la forma en la que nos enfrentamos a los grandes dilemas, como es el origen de la vida.
El camino hacia una ciencia integral
Contera argumenta que tras la Segunda Guerra Mundial, la ciencia se volvió esencialmente práctica, dejando de lado las preguntas fundamentales. Al ser preguntada si hubiera un Proyecto Manhattan, como hubo en su momento para crear la bomba atómica, lo hubiese para encontrar la lucha contra el cáncer, la investigadora cree que, en las condiciones actuales, no llegaríamos más lejos.
"Estamos haciendo grandes avances, la irrupción de inmunoterapias ha hecho mucho para abandonar modelos simplistas, pensando más en la complejidad de la vida, pero vamos a tardar más porque necesitamos integrar más el conocimiento", explica.
Una de las cosas que investiga en su libro es la conexión que existe entre los avances biológicos y los tecnológicos, abogando por un estudio integral de las distintas ramas del conocimiento. Aunque con "objetivos cuestionables", señala, esto explica por qué grandes empresas tecnológicas están irrumpiendo en la biología, con la ayuda de expertos en informática, física e incluso ingenieros. "Quizá de ahí salgan chispas que nos ayuden a resolver problemas", concluye.