Una pareja de abogados narra "situaciones inimaginables" en los divorcios: "De llegar a las manos"

Poner fin a una relación nunca es fácil. Hay algunas separaciones que se enquistan, en las que más allá de las batallas legales y las tensiones económicas, las disputas se prolongan, abriendo nuevas heridas en lugar de aportar alivio y un sentimiento de cierre. Existen cientas de historias de matrimonios que fueron los mejores amigos durante su relación, pero llegado el momento de formalizar el divorcio, se convierten en los peores enemigos.

Esto lo saben bien Soledad Cabello y Luis Gallego, unos abogados especializados en divorcios que, además de ser pareja sentimental, se conocieron durante la separación de él. En A vivir que son dos días, han compartido algunas de las "situaciones inimaginables" a las que se enfrentan cada día en el despacho.

"De llegar a las manos en los pasillos del juzgado", señala Soledad, que asegura que, en muchos casos, son enfrentamientos que no se pueden ver venir. "Ves que se lleva mal, que los tienes que mantener separados o no pueden coincidir en la misma habitación. Pero hasta el punto de llegar a las manos... Eso forma parte del momento", insiste.

Es por esto que los abogados insisten en que siempre que uno vaya a enfrentarse a un divorcio, lo mejor es hacerlo de mutuo acuerdo. "Vais a poder pactar los acuerdos con los que queréis regir a partir de ese momento vuestra vida. Si lo dice un juez, vais a tener que acatar esa sentencia impuesta", aclara. Aunque ellos tratan de potenciar estos "buenos" divorcios, aseguran que los malos están al alza.

La mujer que no se quería divorciar

Uno de los casos más extraños que recuerdan es el de una mujer que, a pesar de que su marido había presentado una demanda de divorciarse, esta no quería. "Nadie está obligado a estar casado y si tu marido ha presentado la demanda de divorcio, te vas a divorciar", recalca Luis Gallego, que confiesa que la clienta no entraba en razón.

Durante las primeras cuatro citas con los abogados, la mujer seguía obcecada con que no quería que el divorcio siguiese adelante, a pesar de las insistencias de los profesionales jurídicos en que esa no era una opción viable y que lo único que estaba a debate era cómo iba a producirse esa separación.

Aun así, aprovechando la difusión de los micrófonos de la SER, la pareja ha querido lanzar un mensaje a todos los oyentes casados. "Hay vida después del divorcio", han dicho.