Los pasos a seguir para que nuestras plantas sobrevivan al invierno
Unas simples tareas que hacer para tener bien cuidadas nuestras plantas y lleguen más sanas a la primavera

Tareas para tener las plantas bien cuidadas durante el invierno
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Ahora que estamos el tramo final de un otoño con temperaturas de invierno y la actividad en los jardines y las plantas de interior desciende un poco, me gustaría contaros en qué debemos fijarnos y que hay que hacer.
Luz
El otro día hablábamos de cómo el invierno no es igual en una costa de Málaga o en el interior de Soria, pero hay una cosa que sí que ocurre por igual en todas las regiones españolas: la disminución de las horas de luz. Cuando las plantas tienen menos cantidad de horas de luz, su metabolismo también se ve afectado. Además, la fuerza de estas horas de luz es menor. No se puede comparar una hora de sol en pleno mes de mayo o de junio con una hora de luz en diciembre: evidentemente, en el invierno el sol es menos intenso.
De hecho, esa intensidad es tan baja que, por ejemplo, durante los meses de invierno, pongo alguna planta de interior para que le dé este sol de la mañana, y así esté más fuerte. Con este sol no corren el riesgo de quemarse, y ya sé cuáles se benefician de estos rayos solares mañaneros. Por lo tanto, es muy buen momento para arrimar aún más hacia las ventanas las plantas de interior que tengamos, porque pueden sufrir con este descenso de luminosidad, si todavía no están acostumbradas a nuestra casa.

Otro ejemplo de cómo podemos ayudarlas sería poner al pie de las ventanas con mejor exposición a la luz —en las orientaciones sur y oeste- aquellas plantas de interior que tengamos en ventanas de orientación norte y este. Claro está, esto no siempre es posible, pero si contamos con esta posibilidad, es recomendable hacerlo para aquellas plantas que queramos que tengan un poco más de energía.
Riego
Plantas de interior
Es un momento en el que tenemos que ser muy, muy cuidadosos con el riego de nuestras plantas de interior. Como acabamos de explicar, la luz ha descendido, así que las plantas no extraen tanta agua del sustrato. De nuevo, un ejemplo: un ficus enorme que tengo en mi casa recibe, durante las semanas de verano y de inicio del otoño, unos 4,5 litros de agua a la semana. Ahora, en estas fechas, la dosis de agua que le aplico es de poco más de 2 litros. Es decir, le echo más o menos la mitad de agua a la semana.

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Aun así, ahora en invierno observo cómo está el sustrato, y utilizo el método del que tantas veces hemos hablado aquí, clavando en el sustrato una varilla de bambú de esas de las brochetas. Si veo que la varilla de bambú sale húmeda en la parte baja, no riego todavía, y me espero unos días.
Es muy importante no excederse con el riego con las plantas de interior, porque ese litro de agua de más puede hacer que la planta se pudra. Sería como obligar a beber agua a una persona que esté dormida: la planta no necesita tanta agua en estos momentos de invierno.
Con lo que hay que tener cuidado es con las calefacciones, porque van a generar unos interiores con menor humedad ambiental, con el aire más seco. Una precaución es vigilar sobre todo a aquellas plantas que estén cerca de un radiador, para que su sustrato, a medida que se vaya secando, no permanezca casi nada de tiempo seco por completo. Tenemos que adelantarnos un poquito a regar, para que esas plantas que están más cerca de la calefacción no sufran la deshidratación.
Plantas de exterior
Hay que tener mucho cuidado con el riego en el exterior, porque podemos pensar que, como de vez en cuando llueve algo o que incluso llueve mucho, no hace falta regar. De nuevo, hay que observar, y, de nuevo, no es lo mismo el riego en Euskadi que en Segovia.
Hay que tener en cuenta que, en las plantas de exterior y de jardín, sus raíces han de estar siempre con un punto de humedad, como regla general. No estamos hablando de los cactus y de otras suculentas, sino de un granado (Punica granatum), de un kumquat (Citrus japonica 'Nagami'), de una salvia (Salvia microphylla) o de una hortensia (Hydrangea macrophylla): todas estas plantas y otras han de tener una ligera humedad en la tierra o en el sustrato (si las cultivamos en una maceta). Esto es necesario para la raíz, que incluso en momentos de parada vegetativa, sigue creciendo, incluso unos poquitos milímetros. Y la raíz es como nuestras mucosas de la nariz, que necesitan de un punto de humedad para realizar bien su función.
Así que si, en mitad del invierno, vienen unos cuantos días secos, de sol y de aire, y notamos que la humedad de la maceta o de la tierra del jardín ha descendido mucho, se puede dar un riego ligero para incrementar esa humedad. En las macetas es especialmente importante, porque podemos pensar que las plantas están regadas, y no, solamente tienen humedad en la capa superior. Por eso es conveniente dar un riego en profundidad muy de cuando en cuando, si notamos esa sequedad.
Esto también hay que cuidarlo mucho en las terrazas, ya que normalmente suelen estar techadas, y ese tejadillo hace que las lluvias no calen en la maceta.
Abonado
Como regla general, no hay que abonar en invierno. Como vemos, la ralentización en el crecimiento ocurre en una gran mayoría de plantas, pero no en todas. Yo solo abono aquellas que veo que están en crecimiento. Hoy la cosa va de ejemplos, y en el interior he abonado la orquídea mariposa (Phalaenopsis cv.), porque está en crecimiento activo. En el exterior, les daría un ligerísimo abonado a los ciclámenes (Cyclamen persicum cv.), porque están floreciendo y muy activos, a pesar del frío. Con el abonado que hicimos nosotros en septiembre, el abonado de otoño -rico en fósforo y potasio y bajo en nitrógeno-, las plantas han ido nutriéndose adecuadamente, y las que están dormidas ahora o se van a dormir, se han ido a la cama bien cenadas. Las que siguen activas, aún están aprovechando ese abonado, puesto que al ser orgánico nos dura unos tres meses activo.
Si abonáramos alguna planta que vemos muy activa, utilizamos dosis más bajas que habitualmente o que las propuestas por el fabricante, para compensar este menor número de horas de luz y, por consiguiente, menor actividad de la planta, aunque no se haya ido a dormir en invierno.
Poda
La poda solo la efectuamos cuando toda la planta esté en plena parada vegetativa. Nuestro arce japonés (Acer palmatum) solo lo vamos a podar cuando haya tirado todas, todas las hojas. Le daremos una poda de formación, que se podría decir que es la más importante para que nuestros arbolitos crezcan sanos cuando sean adultos. Pero, antes de meter la tijera en ellos, hay que asegurarse de que estén completamente dormidos, para no interferir en su ciclo de recuperación de la energía, que efectúan a finales del otoño.
Para saber cuándo y cómo podar, no se puede generalizar, y es imprescindible y vital saber qué especie tenemos, para informarse bien de si es necesario meter la tijera. Si tenemos dudas de si podar o de si no podar, es mejor esperar e informarse bien, porque podemos hacer un daño irreversible a la planta, ya sea un árbol o un arbusto.
Plantación de bulbos
Hay una tarea que nos va a traer una inmensa alegría, pero que nos quedamos sin tiempo ya: la plantación de bulbos. Estamos en el minuto de descuento para efectuar la plantación de los tulipanes (Tulipa cv.), de los narcisos (Narcissus cv.)... Nosotros este año no hemos traído, porque no tenemos espacio y porque ya están emergiendo las hojas de los bulbos que hemos plantado otros años, pero en casa es un momento perfecto para acercarnos esta misma semana a comprar algunos bulbos en una floristería y hacer un fin de semana jardinero, montando alguna maceta con estos bulbos, o plantándolos al pie de un árbol que tengamos en un macetón. Ya sabemos que la gran mayoría adora el sol directo, así que los plantaremos allí donde puedan disfrutar de ese sol que tanto se agradece en estos días fríos.
También es un momento ideal para ir a un vivero o a una floristería y ver qué plantas están vendiendo y que tengan flor ahora, porque muchas serán perfectas para dar un punto de color al balcón. Muchas podrán acompañarnos año tras año, sin necesidad de volver a comprarlas, como los ciclámenes que he mencionado antes. Nosotros tenemos un ciclamen que entró en uno de nuestros primeros programas, y este año ha vuelto a florecer, y nos regala sus flores rojizas tan bonitas.

Eduardo Barba
Eduardo Barba Gómez es jardinero, investigador botánico en obras de arte, paisajista y profesor de jardinería....




