Luis García Montero habla claro y en estos términos de lo que ha pasado con el fiscal general: "Están embarrándolo todo"

Madrid

Un consejo de lectura, Lágrimas de barro, el libro que Carmen Amoraga y Maxi Roldán han publicado en Espasa sobre todo lo que sucedió en Valencia el día de la DANA. Hay muchas historias que hablan de las condiciones de los seres humanos, su dignidad o su capacidad de infamia, y también de las responsabilidades políticas.

Pero hoy me quedo con una. Cuando el agua empezó a inundar la iglesia San Juan Bautista de Chiva, don Javier, el párroco, se afanó en salvar todo lo que pudo. La situación llegó al límite. Envuelto por los relámpagos y por una inundación furiosa, decidió abrazarse al Santísimo. Frente a la riada, le dijo: "Jesús, si me voy yo, te vienes conmigo". Y añadió: "Así que tú verás".

La sentencia del Tribunal Supremo sobre el Fiscal General del Estado marca la gravedad de la DANA que se precipita sobre la democracia española. Están embarrándolo todo. Degradado el crédito judicial, el periodismo fangoso, desacreditada la política, crispado el aire con insultos personales, acusaciones y mentiras, la riada empieza a llevarse por delante las instituciones, las academias y la fe en la vida pública.

Padecemos la furia de una derecha a la que no le importa ni acabar con la sanidad pública, ni convertir la educación en un esqueleto, ni provocar el crecimiento de las desigualdades en favor de las grandes fortunas. Se trata de una derecha que se ha abrazado a la estatua de la libertad y de la democracia para decirle: "Si no gobierno yo, te vienes conmigo, así que tú verás". Más allá de los matices y las diferencias, los demócratas españoles tenemos hoy, como reto principal, la salvación de la democracia. Así que nosotros veremos.