Enzo Fernández da con las claves de la derrota del Barça: "Tienen una línea defensiva muy avanzada para mi gusto"

Enzo Fernández se convirtió en uno de los grandes verdugos del Barça en la dolorosa noche de Stamford Bridge. El mediocampista del Chelsea firmó un partido voraz, atacando cada espacio entre líneas, recuperando balones con fiereza y filtrando pases que desarmaron una y otra vez al equipo de Hansi Flick. Su intensidad en cada balón dividido fue un martillo constante. Y, al terminar el encuentro, no dudó en señalar el punto que, a su juicio, explicaba buena parte del desastre azulgrana.

"Su línea defensiva está demasiado alta para mi gusto. Sabíamos que el espacio estaba a su espalda y encontramos muchas veces a nuestro delantero ahí. Ese era el plan que habíamos trabajado con Maresca", explicó el argentino, que junto al desbordante Estevao fue el jugador que más daño generó y quien acabó sirviendo la asistencia definitiva. Sin necesidad de involucrarse tanto en la creación, actuando en una posición más adelantada, Enzo se movió como pez en el agua en un Barça desbordado y condicionado por la expulsión de Araujo.

"Cuatro tontos están ahí parados"

La crítica no llegó solo desde el césped. Alan Shearer, comentarista en Amazon Prime, se mostró igual de contundente al analizar el planteamiento defensivo azulgrana: "He visto muchas estrategias de fuera de juego, pero esto es absolutamente loco. Es como si cuatro tontos estuvieran ahí parados diciendo: '¿Cómo lo hacemos, chicos?'". El exdelantero inglés aseguró quedarse sin palabras ante lo sencillo que le resultó al Chelsea romper la última línea culé.

Esa defensa adelantada ha sido una de las señas de identidad del Barça de Flick. Durante la temporada, con Íñigo Martínez como jefe de la zaga, la sincronización era casi perfecta y los rivales caían en fuera de juego una y otra vez. Pero todo ese engranaje se ha roto desde la marcha del central al Al Nassr de Cristiano Ronaldo. La estructura ya no es la misma y la derrota de Londres ha dejado en evidencia sus grietas.

Ahora, Flick tiene por delante un trabajo ingente: reconstruir una defensa que ha perdido su brújula y devolver al Barça la solidez que un día le permitió imponer su estilo sin temer a la profundidad rival.