Ortega revela la película de Garci que no se creyó y ahora sí
El periodista confiesa en 'Transmite la SER' que de niño veía imposible el amor en la madurez, hasta que la vida le demostró lo contrario
Ortega revela la película de Garci que no se creyó y ahora sí
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Juan Carlos Ortega confesó en Transmite la SER una revelación que conecta cine y vida. Durante años no creyó en la historia de Volver a empezar, la película con la que José Luis Garci hizo historia al ganar el primer Oscar para España. "Yo veía a Antonio Ferrandis interpretando a un premio Nobel que vuelve a España y se reencuentra con un amor de juventud, y pensaba: esto no puede pasar a esa edad", recordó Ortega. "Me parecía imposible, como si a los 50 ya no quedara espacio para enamorarse".
El locutor explicó que su percepción cambió con el tiempo: "Ahora he llegado a esa edad y me doy cuenta de que claro que se puede. En aquel momento los veía como ancianos, y tenían 50 años. Hoy pienso que el amor en la madurez es tan real como cualquier otro". Ortega reflexionó sobre cómo la mirada infantil distorsiona la experiencia adulta: "De niño creía que a esa edad ya estaban para otras cosas. Hoy sé que no".
A la conversación se sumó la invitada Lourdes Hernández, conocida artísticamente como Russian Red, que aportó su propia reflexión sobre el deseo y la necesidad de mantener abierta la puerta al enamoramiento a lo largo de la vida. "Es mi experimento vital", aseguró la cantante, que ultima la publicación de un libro titulado Enamorarse de los miedos y trabaja en la creación de un nuevo personaje con el que explorar el amor desde distintas disciplinas. "Quiero conservar un espacio en la vida donde podamos ser irresponsables, porque solo así podemos medir la responsabilidad", explicó.
Durante la charla, Ortega compartió otra idea que conecta con la esencia del enamoramiento: "Recuerdo una vez que me desenamoré y de repente vi el mundo precioso, vi el mundo ancho. Durante la época en la que yo estaba enamorado no veía el mundo, veía a esa persona y me estaba perdiendo la riqueza y el manantial del mundo". Para Lourdes, esa contradicción es reveladora: "En la contradicción es donde se encuentra la verdad. El desamor puede ser igual de productivo que el enamoramiento", concluyó.
