Un mazazo al PSOE

Madrid

Hace dos horas y pocos minutos, José Luis Ábalos, ha entrado en la cárcel de Soto del Real. Como preventivo, esto es, todavía sin haber sido juzgado ni haber recibido sentencia. Dicho vulgarmente: ingresa “por si acaso”.

¿Cuál es el “acaso”? Al que fue todo-poderoso secretario de Organización del PSOE el juez le encierra por temor a que pueda fugarse, a tenor de los 24 años de prisión que le piden no solo las acusaciones particulares (o sea, partidistas), sino también la Fiscalía Anticorrupción. Y es que si resultase condenado por los delitos que se le atribuyen (organización criminal, cohecho, tráfico de influencias, malversación y uso de información privilegiada) el mínimo que le caería serían 12 años de cárcel. Una incitación demasiado grande a poner los pies en polvorosa.

El magistrado del Supremo, Leopoldo Puente, destaca además que los indicios iniciales de esos posibles delitos son ya “más que bastantes”.

Políticamente, se trata de un fuerte mazazo al PSOE, y de rebote, al Gobierno, que ya vive una situación parlamentaria complicada. Un mazazo psicológico, aunque ya estuviera descontado y se le hubiese excluido del partido. Y en mal momento, cuando se multiplican los insultos y excesos de una oposición muy atenta a cualquier herida que supure una sola gota de sangre. En este caso no es una gota, sino un chorro.

Las heridas graves no se taponan con tiritas, sino con instrumentos y métodos más fuertes. Y más rápidos. ¿Cuáles? Que los decidan quienes deben hacerlo.