El PSOE se prepara para el choque frontal con Ábalos tras los ataques lanzados antes de entrar en prisión
"Va camino de convertirse en un Aldama, lamentamos que haya entrado en una espiral de mentiras", se lamentan en el Ejecutivo. El PSOE admite enfado porque Ábalos no renuncie al escaño y recuerda que ya tomó medidas cuando estalló el 'caso Koldo'
Madrid
En el Gobierno reconocen el impacto que supone la entrada en prisión de José Luis Ábalos y el malestar que genera su cambio de estrategia, pasando de la discreción a los ataques directos contra el Ejecutivo y el partido del que formó parte durante años. La imagen del exministro entrando en Soto del Real es un golpe duro, aunque en Ferraz insisten en que no es comparable al que sufrieron a finales de junio con Santos Cerdán, que fue encarcelado apenas dos semanas después de ser expulsado de la secretaría de Organización.
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Los socialistas se aferran a un argumento: Ábalos lleva más de un año fuera del partido y ya se actuó con contundencia contra él cuando estalló el caso Koldo. “Lo dábamos por descontado”, admiten fuentes consultadas, que aseguran que llevaban tiempo mentalizándose para este desenlace.
Moncloa se prepara para el choque: "No se va a dejar chantajear por nadie"
En la Moncloa, sin embargo, se preparan para elevar el tono contra Ábalos tras sus últimos movimientos. El jueves, antes de ingresar en prisión, dio un paso más en su nueva estrategia, lanzando sospechas sobre Begoña Gómez, la esposa del presidente, un punto especialmente sensible para Pedro Sánchez, y ofreciendo munición al PP. En el Ejecutivo lamentan que el exministro haya caído en lo que califican como “espiral de mentiras” en la que están otros implicados en la trama.
Algunas fuentes van más allá y advierten que Ábalos “va camino de convertirse en un Aldama”, en referencia a otro de los nombres señalados en el caso Koldo. Hay desconcierto, nadie lo niega, por la actitud del exsecretario de Organización, pero los dirigentes consultados insisten en que no hay nada que pueda decir que implique al Gobierno o al PSOE. Enmarcan sus acusaciones en la desesperación de alguien que sabe que puede pasar mucho tiempo en prisión.
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha avisado al exministro José Luis Ábalos de que el Gobierno "no se va a dejar chantajear por nadie" y él "lo sabe perfectamente".
Un golpe esperado, pero doloroso: "Su comportamiento ha hecho daño a esta organización"
En Ferraz niegan que el ingreso en prisión vaya a tener consecuencias judiciales para el partido o el Ejecutivo. Admiten, eso sí, que la situación es dura y que les genera “pena y cabreo” que Ábalos no haya renunciado a su escaño, pero todos coinciden en que el desenlace era previsible. “Lo dábamos por descontado”, repiten.
Los socialistas sostienen que el gran golpe ya lo sufrieron cuando estalló el caso Koldo y, sobre todo, cuando se reveló el trato vejatorio de Ábalos hacia las mujeres, un episodio del que aún se recuperan. Creen que este nuevo capítulo no les genera más daño y se esfuerzan por desvincularse del exministro, contra el que —recuerdan— ya actuaron con firmeza.
Desde el partido señala que "no va a dedicar ni un minuto más a desmentir sus falsedades" y admite que "Su comportamiento ha hecho daño" a la organización: "Sus acusaciones sin fundamento responden únicamente a una actitud defensiva que busca aliviar su responsabilidad ante la Justicia".
El reto: perimetrar el daño
El PSOE trabaja ahora para perimetrar el impacto mediático y político del ingreso en prisión de Ábalos, consciente de que la oposición aprovechará cada declaración del exministro para desgastar al Gobierno. En Ferraz y en la Moncloa coinciden en que la estrategia pasa por marcar distancia, insistir en que Ábalos ya no forma parte del partido y responder con contundencia a cualquier intento de implicar al Ejecutivo en la trama.
