La venganza creativa de Roser Capdevila: la profesora que dio vida a la Bruja Aburrida en 'Las tres mellizas'
"Era tan cruel que con ocho años fingí un ataque de histeria para no volver a clase durante semanas"
La venganza creativa de Roser Capdevila: la profesora que dio vida a la Bruja Aburrida en 'Las tres mellizas'
Roser Capdevila convirtió un trauma infantil en una obra universal. La escritora e ilustradora catalana, autora de Las tres mellizas, creó uno de los personajes más icónicos de la animación: la Bruja Aburrida. Lo que pocos saben es que aquella bruja nació como una venganza creativa contra una profesora que la humillaba en el colegio.
"Era tan cruel que con ocho años fingí un ataque de histeria para no volver a clase durante semanas", confesó Capdevila en una entrevista. De adolescente, repartía caricaturas de la maestra entre sus compañeros. Décadas después, transformó ese recuerdo en humor y fantasía: la Bruja Aburrida, que castigaba a las mellizas enviándolas a cuentos clásicos, se convirtió en el alma de la serie.
Capdevila empezó dibujando desde niña y en 1983 publicó los primeros cuentos inspirados en sus hijas trillizas. Aquella colección en catalán se tradujo a 35 idiomas y en 1994 dio el salto a la televisión. La serie se emitió durante diez años en 158 países y superó los cien capítulos, siempre bajo la supervisión de su creadora. Las tres mellizas no solo marcó a generaciones de niños, también consolidó a Capdevila como referente cultural. Recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y la Medalla de Honor del Parlament de Catalunya.
En el podcast Por el principio, el actor Luis Omar recuerda que Capdevila fue su maestra en el barrio barcelonés de Horta. "Vivíamos a cincuenta metros y ella nos llevaba al colegio", cuenta. Aquella cercanía le permitió conocer a la mujer que años después revolucionaría la literatura infantil. Omar, que soñaba con ser actor mientras jugaba a esquivar baldosas negras en la calle, nunca imaginó que su profesora acabaría creando un universo que viajaría por todo el mundo.
La historia de Capdevila y Omar se entrelaza en un tiempo en que la creatividad era resistencia. Ella dibujaba para escapar del miedo; él ensayaba Shakespeare en la parroquia para vencer su timidez. Hoy, ambos son referentes en sus campos, unidos por una infancia que se convirtió en relato.
Lluis Homar, subido a un escenario desde los seis años.