'Zootrópolis 2', la pareja de policías más carismática regresa con su aventura más salvaje

Madrid

Han pasado casi 10 años desde que pisamos por primera vez Zootrópolis, una ciudad que nos conquistó, nada más llegar, con su vibrante metrópolis animal y su mensaje inclusivo. La secuela, dirigida por Jared Bush y Byron Howard, trae de vuelta a los imbatibles Judy Hopps y Nick Wilde, ahora como pareja oficial de policías.

En esta nueva entrega, la ciudad enfrenta su mayor desafío: un misterio que amenaza la armonía entre especies. Judy, la valiente conejita policía y Nick, el astuto zorro que ha dejado atrás su vida de estafador, deben resolver un misterio relacionado con los reptiles, ausentes de Zootrópolis desde hace un siglo. La trama combina acción trepidante con toques de comedia, manteniendo el espíritu familiar que hizo de la primera un fenómeno global.

Paula Ribó, actriz de doblaje en español de la agente Hopps, regresa al estudio con entusiasmo. "Es un personaje que es un caramelo. Además, creo que todo el mundo siente empatía por ella", comenta. Ribó, conocida también como Rigoberta Bandini y con amplia trayectoria en doblaje desde niña con roles icónicos como Chihiro en El viaje de Chihiro, Boo en Monstruos S.A, Mérida en Brave o Caillou, asegura intentar siempre acercarse a la naturalidad del doblaje original y no caricaturizar al personaje.

Casi una década después de su estreno, la secuela mantiene la esencia que conquistó al público en la primera película. Bush confiesa que es un desafío continuar con una saga tan querida y que hay muchas expectativas a nivel interno, pero que, añade, “también queremos sorprender a la audiencia, queremos llevarlos en una especie de montaña rusa llena de emoción”. Y es que el largometraje tiene el cóctel perfecto para un buen rato en familia: humor, aventura y un mensaje esperanzador sobre la importancia de superar las diferencias para construir una convivencia más justa.

Una vez más, la animación vuelve a demostrar que los mensajes más complejos pueden calar mejor cuando se envuelven en historias accesibles y visualmente llamativas. El largometraje usa su universo animal para desmontar prejuicios raciales y sociales, mostrando cómo el poder explota diferencias para dividir sociedades aparentemente avanzadas. Los reptiles, marginados y estigmatizados, sirven de espejo a conflictos reales como la discriminación y la segregación, sin caer en moralejas forzadas.

Así, a través del género, mensajes de inclusión y empatía resuenan con fuerza en una era de polarización. La cinta explora tensiones entre depredadores, presas y reptiles, recordando que la convivencia exige compromiso activo, no mera tolerancia. Ribó lo resume así: “Creo que en el momento en el que estamos, donde hay una persecución tan grande a la inmigración, es una película que aboga mucho por la igualdad, por la unión y por unos valores que son muy necesarios”.

Visualmente, Zootrópolis 2 supone otro despliegue que impresiona por su calidad técnica. La animación captura perfectamente texturas reales, como las escamas brillantes de los reptiles o los pelajes de los mamíferos, todo con colores vibrantes que llenan la pantalla. El director comenta que, para hacer la iluminación y los reflejos más realistas, han utilizado un nuevo software llamado Houdini. El programa “utiliza la refracción real de la luz en cada fotograma para que parezca realista y transmita emociones”, explica.

Pero esta no es la única innovación técnica que han introducido en el proceso de creación. También han presentado Presto, que ya se utilizaba en Pixar pero que es novedad en Disney. Este, comenta Bush, facilita que todos los departamentos técnicos trabajen a la vez sobre el mismo material. “Esto significa que todos estos genios pueden hablar entre ellos, informarse durante el proceso. Y eso es esencial”, revela.

El cineasta, también Director Creativo de Disney Animation Studios, subraya lo importante que es preservar la esencia de Disney en todas las decisiones, tanto ejecutivas como cinematográficas. Para él, la clave de todo es asegurarse de poner corazón e imaginación a sus historias. En sus propias palabras: “Que estamos llevando a los espectadores en un viaje a mundos en los que quieren sumergirse junto a personajes que adoran”.

Diseñada para todos los públicos, la película atrapa a niños con humor y persecuciones, pero también ofrece capas para adultos. Padres pueden reconocer en Judy y Nick dilemas laborales y prejuicios cotidianos, mientras los más pequeños aprenden sobre diversidad desde temprana edad. Este doble nivel convierte la saga en un vehículo educativo que siembra valores, demostrando que el cine familiar puede provocar una reflexión colectiva.