"Me pedían 9.800 euros": Juanma López Iturriaga cuenta la estafa del falso hijo

Madrid

Con la llegada de las nuevas tecnologías, todos los oficios han tenido que adaptarse a esta revolución comunicativa, pero dentro de estas nuevas industrias modernas entra también la del engaño y los estafadores cibernéticos. Ahora cualquier delincuente tiene muchas más facilidades para suplantar la identidad de una persona y engañar así a sus familiares o personas cercanas.

Una de las víctimas de este tipo de estafas fue el exjugador de baloncesto Juanma López Iturriaga, que en este nuevo episodio de A las bravas, le narra a Raúl Pérez su nefasta experiencia con la denominada como 'estafa del falso hijo'.

Actuar sin pensar

El deportista bilbaíno se levantó esa mañana muy estresado y enfurecido, sin duda no tenía su mejor día, y parece ser que este gran carga emocional anuló la función racional de su cerebro. "Es como si yo esa mañana me hubiese sacado el cerebro, lo dejo en la mesilla de noche y voy a hacer la vida" explica Iturriaga.

Justo esa mañana, Juanma Iturriaga recibió un correo electrónico que enviaba un perfil falso que se hacía pasar por su hija, explicándole que estaba sufriendo una serie de problemas económicos y pidiendo que su padre le prestara una gran cantidad de dinero. El deportista no se paró a pensar y, viendo que al parecer su hija necesitaba de su ayuda urgentemente, mandó el dinero lo antes posible. "Empiezan a pasar cosas, y a mí se me instala en la cabeza que mi hija tiene un problema económico", así ha explicado Iturriaga lo sucedido.

La ausencia de razón era tan grande en la mente del exjugador vasco, que incluso se vio por un momento cuadrando diferentes transferencias para poder enviar todo el dinero que le pedían sin superar el límite que le permitía su banco. Tiempo después, Iturriaga consiguió contactar telefónicamente con su hija, y ahí fue cuando esta le confirmó que había sufrido una estafa.

Le puede pasar a cualquiera

Por suerte, el deportista consiguió recuperar su dinero a través de su entidad bancaria. El vasco se sentía estúpido por haber caído en este engaño, pero fue la propia empleada del banco la que consoló a Iturriaga y le dijo que no se castigara y que cualquiera podía acabar siendo víctima de estas estafas.

Si justo este tipo de engaños te suceden en un momento en el que estés un poco desconcentrado, el estrés y la preocupación pueden nublar tu mente y dejarte caer en la estafa. Iturriaga insiste y advierte a todas esas personas que ven estos hechos como algo reservado para personas tontas y poco ágiles de mente: "ojo, tened cuidado".