Descubierto el verdadero origen de los gatos como mascotas de casa
Los últimos descubrimientos arqueológicos desmontan la narrativa establecida sobre el origen de esta especie

Muestras de cráneos encontrados durante una investigación en Kazajistán / Carl Vivian

Madrid
Con el paso del tiempo, la ciencia continúa realizando grandes avances en todo tipo de materias, desde lo más corriente hasta los aspectos más espectaculares de nuestro planeta. En esta ocasión, las novedades del mundo de la ciencia giran en torno a una figura animal que se ha vuelto de las más comunes y queridas por los humanos: el gato doméstico.
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Hasta la fecha, los restos de gatos más antiguos encontrados databan de hace casi 10.000 años y se ubicaban en la zona del Levante mediterráneo. Tras varios trabajos arqueológicos realizados alrededor de Europa, Asia y Oriente Medio, el origen del gato doméstico se ha visto cuestionado.
Origen norteafricano
Según informa el profesor de la escuela de arqueología de la Universidad de Oxford, Greger Larson, tras inspeccionar los huesos encontrados durante todas estas diferentes excavaciones, han descubierto que "estos restos de hace 10.000 años poseen los mismos genomas que el gato moderno, que actualmente predomina en el mundo".
Según el especialista, los resultados de estos análisis "destruyen completamente la narrativa establecida". Los investigadores aseguran que, tras examinar 87 muestras de genomas de gatos actuales y restos de antiguos ejemplares, se ha confirmado que esta especie doméstica, conocida por el nombre científico de Felis catus, localiza su origen en el apartado norte del continente africano. Su especie vecina más cercana es la conocida como Felis lybica o gato salvaje africano.
La historia del gato doméstico
Actualmente, la especie Felis catus se coloca como la líder poblacional del mundo felino en todo el mundo, pero para alcanzar este puesto el gato doméstico ha tenido que ir emigrando durante siglos.
El gato doméstico llegaría al continente europeo hace aproximadamente 2.000 años, de la mano del Imperio Romano, que lo extendió por todo su territorio. Con el paso del tiempo, esta especie se fue popularizando y consiguió alcanzar el territorio asiático en el año 720, llegando a China a través de la ruta comercial de la seda.
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