Drogas, familia y trabajo. Cómo desintoxicarnos de nuestras adicciones
Asistimos al programa de desintoxicación de una actriz con Irene Escolar. Las recomendaciones literarias van de la Primera a la Segunda Guerra Mundial y repasamos las mejores exposiciones del mes
Drogas, familia y trabajo. Cómo desintoxicarnos de nuestras adicciones
El CIS ha arrojado datos poco esperanzadores esta semana. Según el primer Estudio sobre miedos e incertidumbres, dos de cada tres españoles ha pensado alguna vez que España podría verse involucrada en una guerra en los próximos años.
Este miedo a las guerras y los conflictos actuales es lo que más preocupa entre las personas que suelen tener sentimientos de miedo o temor (76,8%), la salud física es lo más preocupante para el 72,6% y la salud mental, para el 69,9%. Al hacer balance general sobre la situación actual del mundo, el 68% de los españoles asegura que pesan más las cuestiones que llevan al pesimismo.
Vivimos en un mundo superpoblado, contaminado, con microplásticos en nuestros océanos y circulando por nuestro organismo. Entre el cambio climático, las redes sociales, la ansiedad y la depresión, llegamos al mes de diciembre al borde del apocalipsis, como canta la surcoreana Dami Im.
En medio de este caos global, es difícil mantener la cordura, no automedicarse para sobrellevar el día a día. Es de lo que nos advierte también la primera de nuestras invitadas, Irene Escolar, que protagoniza en el Teatro Español 'Personas, lugares y cosas', del británico Duncan Macmillan, adaptada y dirigida por Pablo Messiez.
Cartel de 'Personas, lugares y cosas' en el Teatro Español / Pablo Zamora
Escolar interpreta a Emma, una actriz drogadicta y alcohólica que se somete a un proceso de desintoxicación en un grupo de terapia. Con la actriz hemos conversado sobre nuestras adicciones, que van desde las drogas a los ansiolíticos, desde el trabajo y la hiperproductividad a las relaciones familiares tóxicas. Toda la entrevista este lunes.
Grandes personajes olvidados de la Primera y Segunda Guerra Mundial
Georg Wilhelm Pabst fue un director de cine austríaco, un gran maestro, una leyenda, el descubridor de Greta Garbo en Bajo la máscara del placer. Cuando las películas alemanas trataban de dragones y vampiros, de fantasmas y sombras románticas, Pabst rodaba historias de muchachas que vendían su cuerpo para no morirse de hambre, de la inflación o de gente desesperada en una calle de Viena. El escritor alemán Daniel Kehlmann ha publicado una novela sobre este visionario. El director, con Random House.
Pabst probó suerte en Hollywood, después de que llegaran los nazis al poder en Alemania, pero no salió bien. Se fue a Francia a rodar, pero tuvo que regresar a Austria para cuidar a su madre enferma. Estalla la Segunda Guerra Mundial, cierran las fronteras y se queda atrapado bajo el Tercer Reich. Esta es la historia real que ha novelado Kehlmann, fascinado por cómo "Pabst el rojo" acabó rodando películas para los nazis.
También hay algo hipnótico en la prosa de Olivier Guez, el escritor francés que nos lleva de viaje en sus novelas. Bien sea a la caza de un criminal nazi, como hizo en La desaparición de Josef Mengele (Tusquets), o en Mesopotamia, su nueva novela, con la misma editorial.
De la Segunda Guerra Mundial a una de las figuras que influyeron poderosamente en la configuración de Oriente Medio tras la Primera Guerra Mundial: Gertrude Bell, la "reina del desierto", una aventurera incansable, escaladora, arqueóloga, políglota y espía, que trazó fronteras y participó en los complejos juegos de poder del Imperio británico. La rescata del olvido el escritor Mesopotamia, una novela que también tiene resonancias contemporáneas.
Mengs, el pintor tan odiado como Hitler
Fue uno de los artistas más influyentes del siglo XVIII, se le considera el creador del Neoclasicismo, uno de los más famosos en su época. Hoy, sin embargo, prácticamente desconocido: Antonio Raphael Mengs, el pintor de Carlos III, al que el Museo de El Prado dedica una de sus grandes exposiciones de la temporada.
Pintor obsesivo en la perfección, no fue un hombre fácil. Soberbio y de ego desbordante, fue capaz de cabrear a generaciones sucesivas de artistas, ganándose a pulso los enemigos que tuvo durante toda su vida, como nos cuenta Andrés Úbeda, comisario de la exposición.
Su trabajo forma parte de la memoria colectiva de los últimos 50 años. John Lennon desnudo y abrazado a Yoko Ono, su última foto antes de morir asesinado; aquella icónica portada de Bruce Springsteen, en vaqueros, tan genuinamente americana; o esa nueva maternidad que encarnaba Demi Moore abrazando su tripa desnuda. Todos posaron para Annie Leibovitz, puede que la fotógrafa más famosa de las últimas décadas, y la primera mujer a la que la Fundación Marta Ortega dedica una retrospectiva. También la primera que puede verse de la artista en España. No te pierdas el recorrido que hemos realizado con ella por Wonderland.