Rafael Yuste, neurocientífico: "Tenemos que proteger los neuroderechos urgentemente. Esta es, ahora, mi cruzada"
Javier del Pino conversa con el director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia (Nueva York) sobre su último libro
Rafael Yuste, neurocientífico: "La actividad cerebral nos define como personas y es necesario protegerla legalmente"
Madrid
Rafael Yuste (Madrid, 1963), el neurocientífico español más reconocido internacionalmente, acaba de publicar Neuroderechos. Un viaje hacia la protección de lo que nos hace humanos (Paidós), un libro en el que relata su trayectoria científica desde su juventud hasta su llegada a Estados Unidos y cómo propuso e impulsó la iniciativa BRAIN, el proyecto del expresidente norteamericano, Barack Obama, que transformó la investigación del cerebro.
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Nuestro invitado ha sido testigo de excepción del desarrollo de las neurociencias en los últimos cuarenta años y ha compartido su trabajo científico con gigantes de la ciencia como el Nobel Sydney Brenner o el físico y biólogo molecular Francis Crick, y con líderes políticos como los expresidentes Barack Obama o los chilenos Sebastián Piñera y Michelle Bachelet.
"El cerebro es la materia más fascinante del universo. Un trozo de materia de kilo y medio gelatinosa con ochenta mil millones de neuronas y un trillón de conexiones entre ellas. Es como tres veces todo Internet de la Tierra. De ahí, de una manera fascinante y maravillosa surge la mente humana", ha explicado.
De su fascinación por la investigación surge su último libro, un manual en el que también expone cómo ha trabajado para promover la inclusión de cinco neuroderechos que protejan la actividad cerebral y nuestros datos neuronales como si se trataran de derechos humanos.
El cerebro es el santuario de la mente y tenemos que preservarlo. "La posibilidad de descodificar el lenguaje interno utilizando cascos de EEG con inteligencia artificial generativa ya no es ciencia ficción y se une a la lista de avances en la descodificación de la actividad mental con aparatos no invasivos. Esta información que sale de tu cerebro, como puede ser tu contraseña del banco, tiene que estar protegida como si fuera información personal sensible, como algo muy privado. Es una cuestión urgente", ha señalado.