Un oftalmólogo revela lo que más le ha impactado durante su trayectoria: "Impresiona mucho"
El especialista asegura que le resultan bastante impactantes aquellas operaciones que obligan a la extracción del globo ocular

Un oftalmólogo revela lo que más le ha impactado durante su trayectoria: "Impresiona mucho"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
El ojo es uno de los órganos más sensibles del cuerpo humano, cualquier pequeño rasguño o microbio que lo ataque puede generar grandes problemas. El sentido de la vista es clave para cualquier persona, supone una de las mayores fuentes de información para nuestro cerebro, y es por eso que la salud de nuestros ojos debe de estar bien atendida.
Más información
Justamente, como personal protector de nuestra vista encontramos a los oftalmólogos. Uno de estos especialistas en la salud ocular ha acudido como invitado al nuevo episodio de Me pasa una cosa para explicarle a Manuel Burque todos los secretos sanitarios de los ojos.
"Impresiona mucho"
De igual manera que situamos a los ojos como uno de los órganos más sensibles, también es cierto que puede ser considerada como una de las partes más desagradables de nuestro cuerpo cuando se someten a una intervención quirúrgica.
El equipo de Me pasa una cosa ha preguntado al oftalmólogo invitado sobre su experiencia más "asquerosa" dentro de quirófano, y a pesar de que el especialista está acostumbrado a tratar con este órgano, no puede negar que todavía existe un tipo de intervención que le resulta bastante "impactante".
Según indica el doctor invitado, cuando un tumor afecta al globo ocular del paciente, el cirujano se ve obligado a extirparlo junto al propio ojo en sí mismo. Tras realizar esta extirpación del órgano, lo único que queda en el rostro del enfermo es una "cavidad" situada en el interior de la órbita del ojo en la que "no hay nada".
Este tipo de operaciones requieren también de un religioso y preciso proceso de curas para evitar cualquier tipo de posible infección, y el hecho de tener que observar esa cuenca ocular vacía constantemente resulta bastante chocante. "A mí personalmente sí que me impresiona", confirma el oftalmólogo.




